Uncategorized ¿Cómo responder a las citas bíblicas que condenan imágenes?

¿Cómo responder a las citas bíblicas que condenan imágenes?

En nuestra web de Facebook, un no católico colocó lo siguiente, con el fin de demostrar a falsedad de nuestra doctrina. Transcribo textualmente lo que nos puso:

La Iglesia Católica Romana ha enseñado que deben venerarse las imágenes de Cristo, de la Virgen y de los santos. Esta honra se extiende a los cuadros, las cruces y crucifijos, las medallas, los escapularios y las reliquias.

Dios prohíbe terminantemente hacer imágenes para honrarlas o venerarlas. Tan fuerte es esta prohibición escrita por el dedo de Dios en las Tablas de la Ley, que se ha omitido del catecismo. En la parte sobre los diez mandamientos, se ha dividido en dos el mandamiento noveno para que siempre fueran diez. En la Biblia católica, al igual que en la protestante, esta prohibición es el segundo de los diez mandamientos, en Éxodo 20:4,5.

«No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo…», incluye las imágenes de Cristo, de María, y de todos los santos. Los católicos responden que no adoran las imágenes o los cuadros, solamente los veneran.

Pero Dios mismo escribió:

«No te inclinarás a ellas ni las honrarás» Las flores, las velas, las procesiones, los besos, las oraciones de rodillas antes las imágenes, las promesas que se les hacen, la oración por su protección, las fiestas en su honor, las joyas que se les consagran, ¿Qué son todas estas cosas sino una IDOLATRÍA EN DESOBEDIENCIA abierta al segundo mandamiento?.

Este tema se ha vuelto de los más utilizados por las sectas para hacer proselitismo contra la Iglesia Católica. Vamos a ir abordando el enunciado para ir respondiendo y refutando las acusaciones que nos hacen.

La Iglesia Católica Romana ha enseñado que deben venerarse las imágenes de Cristo, de la Virgen y de los santos. Esta honra se extiende a los cuadros, las cruces y crucifijos, las medallas, los escapularios y las reliquias.

Respecto a esto, vamos a ir colocando de manera textual, la enseñanza de la Iglesia, para que el lector mismo saque sus conclusiones. Citaremos inicialmente el Catecismo de la Iglesia, ya que el autor de la acusación afirma  una enseñanza dada por la Iglesia. Son cuatro numerales que vamos a compartir:

IV. “No te harás escultura alguna…”

2129 El mandamiento divino implicaba la prohibición de toda representación de Dios por mano del hombre. El Deuteronomio lo explica así: “Puesto que no visteis figura alguna el día en que el Señor os habló en el Horeb de en medio del fuego, no vayáis a prevaricar y os hagáis alguna escultura de cualquier representación que sea…” (Dt 4, 15-16). Quien se revela a Israel es el Dios absolutamente Trascendente. “Él lo es todo”, pero al mismo tiempo “está por encima de todas sus obras” (Si 43, 27- 28). Es la fuente de toda belleza creada (cf. Sb 13, 3).

De este numeral 2129, nos damos cuenta que la Iglesia nunca ha negado la prohibición de imágenes en el Antiguo Testamento, pero deja ver que se debe entender la prohibición como de imágenes que representen a Dios o a divinidades. Y esto tiene su razón de ser porque a Dios Padre no lo ha visto nadie (Ex 33, 23). Aquí podrá alegar alguno que se intenta buscar el quiebre para permitir la idolatría con otras imágenes distintas, pero no, se le hace honor al sentido mismo de la prohibición de evitar que el culto que es para Dios se desvíe para algo distinto como si fuera Dios. Por ello, a pesar que los judíos habían hecho un becerro de oro, asumían que era el Dios verdadero:

Los tomó él de sus manos, hizo un molde y fundió un becerro. Entonces ellos exclamaron: «Este es tu Dios, Israel, el que te ha sacado de la tierra de Egipto.» Viendo esto Aarón, erigió un altar ante el becerro y anunció: «Mañana habrá fiesta en honor de Yahveh.» (Ex 32, 4-5)

Como se aprecia, el objetivo de los israelitas era representar a Dios, y en el fondo es el objetivo de la idolatría con las imágenes, por ello Dios las condenó.

Cuando revisamos las imágenes que tenemos los católicos es claro que ninguna de esas imágenes busca representar a Dios, a excepción de las imágenes de Jesucristo, que según la Biblia es la imagen del Dios invisible (Col 1, 15).

2130 Sin embargo, ya en el Antiguo Testamento Dios ordenó o permitió la institución de imágenes que conducirían simbólicamente a la salvación por el Verbo encarnado: la serpiente de bronce (cf Nm 21, 4-9; Sb 16, 5-14; Jn 3, 14-15), el arca de la Alianza y los querubines (cf Ex 25, 10-12; 1 R 6, 23-28; 7, 23-26).

Este numeral nos muestra que a pesar de una prohibición como la de Éxodo, que es la más usada por los sectarios, Dios mandó a fabricar imágenes. ¿Cómo entender esta disyuntiva? ¿Se contradice Dios o apelaremos a que Él si puede mandar a fabricar algo que prohibió por ser Dios?

La cita en discusión es Ex 20, 4-5. La colocaremos en su versión protestante para fines apologéticos:

No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo, Jehová tu Dios, soy Dios celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen (Ex 20, 3-5)

Esta cita es un mandato que tiene un sentido: prohibir la idolatría. Las tres acciones: fabricar, inclinar y honrar, apuntan al culto dado a esas imágenes. ¿Por qué? Porque representan ídolos. Es decir, las acciones prohibidas están claramente dadas como parte del tener otros dioses. En este tema es IMPORTANTE conocer los términos utilizados en su lengua original, porque al traducirse al español se puede perder el sentido y el contexto. ¿Por qué es importante? Porque no en toda cita que se prohíba una imagen, se están refiriendo a cualquier imagen sino la implicada en un culto a “otro dios”.

Los pueblos paganos tenían claridad sobre cómo dar culto a sus divinidades, y sabían que cuando había una imagen, si se le daba culto era porque para ellos era un dios. Es decir, los paganos no hacían algo que no entendieran y no había posibilidad que dieron culto a algo que no consideraran un dios. Por ello, cuando una cita es usada para atacar las imágenes católicas siempre la fuerzan a querer aplicarla a diestra y siniestra sobre cualquier imagen católica, y aquí hay un error muy serio.

Las palabras importantes en la cita de Éxodo son: “dios” e “imagen”. Lo primero es mostrar que son diferentes:

Ex 20, 3 => לֹֽ֣א יִהְיֶֽה־לְךָ֛֩ אֱלֹהִ֥֨ים אֲחֵרִ֖֜ים עַל־פָּנָֽ֗יַ en donde אֱלֹהִ֥֨ים significa “elohim” (dios)

Ex 20, 4 => לֹֽ֣א תַֽעֲשֶׂ֨ה־לְךָ֥֣ פֶ֣֙סֶל֙ ׀ וְכָל־תְּמוּנָ֡֔ה אֲשֶׁ֤֣ר בַּשָּׁמַ֣֙יִם֙ ׀ מִמַּ֡֔עַל וַֽאֲשֶׁ֥ר֩ בָּאָ֖֨רֶץ מִתַָּ֑֜חַת וַאֲשֶׁ֥֣ר בַּמַּ֖֣יִם ׀ מִתַּ֥֣חַת לָאָֽ֗רֶץ en donde פֶ֣֙סֶל֙ [PESEL] en esta cita significa “imagen”.

Esta palabra será clave, porque será la palabra que los no católicos donde la ven suponen que incluye a las imágenes católicas. Sin embargo, en la cita esta palabra se refiere a IDOLO. Es decir, imágenes fabricadas para ser usada en culto a “dioses”, seres divinos que para los pueblos paganos representaban el origen y fin de todo. ¿Acaso los católicos creemos que la Santísima Virgen o algún santo es el principio y fin de todo? ¿Le atribuimos la creación a algún santo? Podrán buscar en toda la doctrina católica y jamás encontrarlo. Tristemente hay personas que se fueron de la Iglesia desconociendo esto y engañadas con unas cuantas citas bíblicas sacadas de contexto.

Aun cuando es clara la connotación que tiene en el Antiguo Testamento la palabra “pesel”, los no católicos intentan buscar otras citas en donde se muestre la distinción entre imagen e ídolo para intentar justificar que aun con la distinción, Dios prohíbe cualquier tipo de imagen. Han intentado encontrar esta cita en:

«No os haréis ídolos, ni os levantaréis imagen tallada ni pilares sagrados, ni pondréis en vuestra tierra piedra grabada para inclinaros ante ella; porque yo soy el SEÑOR vuestro Dios. (Lev 26, 1)

Los no católicos en esta cita intentan entonces mostrar como Dios condena tanto las imágenes como los ídolos, para con esto mostrar lo errado de nuestras imágenes. 

לֹֽא־תַעֲשׂ֨וּ לָכֶ֜ם אֱלִילִ֗ם וּפֶ֤סֶל וּמַצֵּבָה֙ לֹֽא־תָקִ֣ימוּ לָכֶ֔ם וְאֶ֣בֶן מַשְׂכִּ֗ית לֹ֤א תִתְּנוּ֙ בְּאַרְצְכֶ֔ם לְהִֽשְׁתַּחֲוֹ֖ת עָלֶ֑יהָ כִּ֛י אֲנִ֥י יְהוָ֖ה אֱלֹהֵיכֶֽם׃

El lector podrá notar que es la misma palabra PESEL (amarillo). Tanto en Ex 20, 4 como en Lev 26, 1 es la misma. Y si toma un diccionario como el Strongs (protestante) podrá ver como definición de PESEL: imagen, ídolo.

Pero es importante aquí explicar el que existan palabras diferentes para: ídolo (en amarillo=’ĕlı̂yl) e imagen (en rojo=pesel)

Ídolo se refiere a de quien es la imagen, e imagen es cómo se representa. Pero claramente AMBAS están asociadas en esos casos a lo mismo, una entidad falsa que no representa al Dios verdadero.

Veamos ejemplos de esta distinción entre la entidad falsa y el cómo se representa, por ejemplo en Isaías:

También su tierra se ha llenado de ídolos; adoran la obra de sus manos, lo que han hecho sus dedos. (Is 2, 8)

Se refiere a las entidades que reciben culto en esas regiones: Baal, Marduk, por ejemplo. Es decir, se refieren a quien representa el ídolo. Para este caso, el uso de la palabra es ĕlîlim.

Aquel día arrojará el hombre, a los topos y murciélagos, sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que le hicieron para que adorase (Is 2, 20)

En esta cita, los ídolos se refieren a quien representan: topos y murciélagos.  Se menciona el material pero no sabe de qué tipo es la representación.

Incluso, el profeta Ezequiel nos muestra una cita en donde menciona ídolo e imagen a la vez:

Así ha dicho el Señor Jehová: Destruiré también las imágenes, y haré cesar los ídolos de Memphis; y no habrá más príncipe de la tierra de Egipto, y en la tierra de Egipto pondré temor. (Ez 30, 13)

Curioso que la Biblia de las Américas, también versión protestante traduzca así:

«Así dice el Señor DIOS: `Destruiré también los ídolos y haré cesar las imágenes de Menfis. Ya no habrá príncipe en la tierra de Egipto, y pondré temor en la tierra de Egipto.

Es decir, cruzan los términos entre ambas versiones, pero en ambas citas las palabras usadas son: גִּלּוּלִים (gillul) y אֱלִיל (ellil). Pero la fuerza de ambos términos siempre se asocia a ídolo, por ello gillul es usada 44 veces como ídolo y sólo 2 como imagen[1]; y ellil es usada 14 veces como ídolo y sólo 2 como imagen[2]

Pero cuando nos referimos a Pesel, (que es la que aparece en Ex 20, 4) veamos también en Isaías la forma distinta de expresarse:

El artífice prepara la imagen de talla, el platero le extiende el oro, y le funde cadenas de plata. (Is 40, 19)

Cuando se usa PESEL por lo general se asocia a la fabricación o descripción del ídolo. En esta cita se ve claramente que se traduce como imagen, la misma palabra que en Ex 20, 4 y Lev 26, 1.

Otra cita mucho más clara para nuestra explicación es:

Serán vueltos atrás y completamente avergonzados, los que confían en ídolos (pesel), los que dicen a las imágenes fundidas: Vosotros sois nuestros dioses. (Is 42, 17)

Esta cita tiene una particularidad y es que mientras para ídolo utiliza “pesel”, para imágenes fundidas utiliza otra (massêkâh), pero también describiendo el tipo de representación. Por tanto, se usó PESEL pero NO asociado a su fabricación y forma.

¿Quién formó un dios, ó quién fundió una imagen (PESEL) que para nada es de provecho? (Is 44, 10)

En esta otra cita observamos que se traduce por “imagen” pero una vez más, PESEL está asociada al tipo de representación.

De esta forma es clara la relación que existe entre ídolo e imagen como asociadas a la idolatría. Si volvemos nuevamente a leer Ex 20, 4 bajo el enfoque explicado en donde PESEL está asociado a la forma y fabricación del ídolo, lo veremos mejor:

No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.

Claramente se observa la asociación a su FABRICACIÓN.

Ahora podemos entrar a analizar si efectivamente lo que la Biblia condena bajo la palabra PESEL, aplicaría para las imágenes católicas.

Relación causal

Los ídolos condenados en la Biblia no tienen relación con Dios. Las imágenes católicas son de personas que SIEMPRE hablaron de Dios y a él adoraron.

Existencia

Los ídolos condenados en la Biblia no existen, son ficción. Hacen parte de creaciones imaginarias de otros pueblos. Las imágenes católicas representan a personas reales que existieron dentro de la Iglesia.

Finalidad

Los ídolos condenados eran representados en imágenes para ser adorados, pero aun más, los paganos creían que en la imagen residía la divinidad. Para ellos, el objeto material fabricado efectivamente era su dios. Esto lo podemos ver con Raquel por ejemplo, cuando roba los ídolos de su padre:

Y Labán había ido a trasquilar sus ovejas: y Raquel hurtó los ídolos de su padre. (Gen 31, 19). En esta cita no aparece pesel, sino una palabra muy específica para referirse a ídolo: הַתְּרָפִ֖ים (teraphiym) que significa ídolo domestico. Pero lo importante es lo que significaban para Labán. Para Labán no eran solamente ídolos o representaciones. Veamos como los llama Labán:

Y ya que te ibas, porque tenías deseo de la casa de tu padre, ¿por qué me hurtaste mis dioses? (Gen 31, 30). ¿A qué llama Labán un dios? A un objeto material fabricado. Esto nos demuestra que para ellos no es sólo una representación, razón más de peso para que fueran prohibidas el hacerse por parte de Dios.

En cambio las imágenes católicas no se hacen creyendo que en ellas esté el alma del santo representado. Simplemente es eso: una imagen que representa a alguien, y la honra no va al material sino a quien representa. En palabras de Santo Tomás de Aquino:

El culto de la religión no se dirige a las imágenes en sí mismas como realidades, sino que las mira bajo su aspecto propio de imágenes que nos conducen a Dios encarnado. Ahora bien, el movimiento que se dirige a la imagen en cuanto tal, no se detiene en ella, sino que tiende a la realidad de la que es imagen. (Summa theologiae, II-II, 81, 3, ad 3.)

Es evidente lo errado de querer disparar citas del AT contra las imágenes católicas, pues estamos tratando de dos cosas distintas y opuestas entre sí.

Regresando ahora a lo indicado por el numeral del Catecismo en donde se expresa que Dios permitió la fabricación de algunas imágenes como los querubines o la serpiente de bronce, nos permite dilucidar varias cosas:

  • El hecho de mandarlas a fabricar implica que la prohibición de (Éxodo 20, 4) exige unas condiciones y una aplicabilidad específicas. ¿Cómo así? Que si la prohibición fuera absoluta y eso era lo que Dios quería que entendiéramos, no hubiera después mandado a fabricar imágenes. 
  • Las imágenes mandadas a fabricar: querubines y serpiente de bronce no fueran creadas por Dios, sino que los mismos hombres las fabricaron, esos mismos a los que le prohíbe fabricar las otras. Con esto se esgrime que se pueda argumentar que unas eran hechas por hombres pero las otras no.
  • Las imágenes ordenadas por Dios incluso pueden caer en un uso desviado y terminar en idolatría como sucedió con la serpiente de bronce. ¿La culpa acaso fue de Dios?
  • Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre un asta; y será que cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá. (Num 21, 8)

La serpiente fue mandada a hacer por Dios con un fin pedagógico. Sin embargo con el paso del tiempo, se desviaron y le dieron un uso equivocado por lo que el rey Ezequías la destruyó:

También hizo pedazos la serpiente de bronce que Moisés había hecho, porque hasta aquellos días los hijos de Israel le quemaban incienso; y la llamaban Nehustán. (2 Re 18, 4)

Entonces vemos que Dios mandó a fabricar una imagen que tiempo después sería usada con un fin idolátrico. Así, si hay personas ignorantes que usan las imágenes católicas con fines idolátricos no es culpa de la imagen en sí.

Se argumenta que las imágenes hechas fueron mandadas a hacer por Dios mientras que las imágenes católicas no. A esto hay que considerar las imágenes del Templo de Jerusalén, imágenes que no se dice que hayan sido mandadas a hacer por Dios, ni rechazadas tampoco:

Luego talló todas las paredes de la casa en derredor con grabados de figuras de querubines, palmeras y flores abiertas, el santuario interior y el exterior. (1 Re 6, 29)

En esta cita podemos observar que en el Templo se hacen imágenes talladas en las paredes y no fueron mandadas a hacer por Dios. Además, es curioso que en esta cita no se use la palabra PESEL para imagen.

En las puertas tallan las mismas figuras (1 Re 6, 32). ¿Por qué lo hacen si Dios no los mandó? Porque sabían que la prohibición no aplicaba a esto. Igual vemos en (Ex 28, 11; 2 Cro 2, 7). En estas citas, la palabra usada no es PESEL, sino pittuach פִּתּ֫וּחַ (imagen). Por tanto, la prohibición de Dios jamás se da para una pittuach.

¿Son las imágenes católicas como las figuras del Templo? Seguro alguno dirá: nadie le oraba a la puerta o a la pared ni hacían oraciones ahí. El primer ejercicio que buscamos es mostrar que la prohibición de Éxodo no es absoluta para toda imagen, y que estaba asociado a imágenes con usos idolátricos. Entonces, vemos que el problema es de uso más que de la sola fabricación.

Protestantes como Daniel Sapia, en su sitio web[3] analiza la serpiente de bronce y los querubines para desmarcarse que puedan ser una señal d que esa prohibición no fuera absoluta. Veamos lo que dice:

Evidentemente suponen que lo acontecido con la serpiente de bronce y los querubines habilita la práctica de culto a imágenes. Existen grandes diferencias entre estas imágenes y las que propone tradicionalmente la Iglesia Católica. No diría grandes diferencias, diría abismales.

Analizaremos, si ya no lo hemos hecho antes, estas diferencias:

a) fueron instituidas por Dios. Ya explicamos que no toda las imágenes que no son condenadas fueron mandadas a hacer por Dios. Por ejemplo los dibujos en las paredes del templo, o como se explicará después, los ratones de oro enviados a los judíos y puestos junto al Arca (1 Sam 6, 4-11)

b) no «funcionaron» como intermediarias entre Dios y su pueblo. Las imágenes católicas no funcionan como intermediarios. Es un artificio querer dar a las imágenes católicas, los atributos de las imágenes idolátricas de los paganos. Sin embargo, véase que la serpiente de bronce era instrumento por el cual Dios daba la salud, no por la serpiente en sí, sino por la función que cumplía para quien la viera.

c) Ninguna de estas imágenes reclamaban la adoración y postración reverente de las personas. Las imágenes católicas tampoco. Pero aquí es necesario hacer una distinción entre adorar y postrarse, pues una dispone el alma y la otra no. No porque alguien se postre implica que esté adorando algo. Veamos ejemplos de estar postrados sin que se esté adorando:

También David se levantó después, y saliendo de la cueva dio voces a las espaldas de Saúl, diciendo: ¡Mi señor el rey! Y como Saúl miró atrás, David inclinó su rostro a tierra, e hizo reverencia. (1 Sam 24, 8)

“Él entonces, pidiendo luz, entró corriendo, y temblando, se derribó a los pies de Pablo y de Silas” (Hch 16, 29)

La Reina Valera traduce el postrarse como derribarse a sus pies. Esto lo hacen para la palabra  προσπίπτω (prospiptó), que significa postrarse o caer. Es importante saber que esta misma palabra aparece en otra cita:

“Y los espíritus inmundos, al verle, se postraban delante de Él, y daban voces, diciendo: Tú eres el Hijo de Dios.” (Mc 3, 11)

Es curioso que para la cita de Hechos no diga postrarse, pero sí en la de Marcos. Queda una pregunta: ¿Por qué Pablo no le reclamó que se levantara? Porque claramente sabía que no lo estaba adorando. Es decir, la postura corporal no es un simple reflejo de la disposición del alma

Cuando la intención de postrarse sí es adorar, la Escritura lo deja claro. Veamos:

“Y yo Juan vi y oí estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas. Y él me dijo: Mira que no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.(Ap 22, 8-9)

Por tanto, vemos como en dos ocasiones hombres caen; uno adorando y otro no, pero ambos postrados. La deducción de la intención del corazón no la podemos sacar por la postura corporal. Igual sucede cuando Josué se postra ante el Arca:

Entonces Josué rompió sus vestiduras, y se postró en tierra sobre su rostro delante del arca de Jehová hasta la tarde, él y los ancianos de Israel; y echaron polvo sobre sus cabezas. (Jos 7, 6)

¿Qué vemos aquí? A Josué postrado frente a un objeto. Pero aun cuando el Arca representara a Dios, NO era Dios. No. ¿Estaba Josué adorando al Arca? No. En este punto es importante notar lo que Dios responde a Josué al verlo postrado. Los protestantes por lo general alegan que Josué se postra porque encima del arca se manifestaba Dios, pero al leer la respuesta de Dios, nos pone a pensar.

¿Qué hace Josué delante del arca? Le habla a Dios:

Y Josué dijo: ¡Ah, Señor Jehová! ¿Por qué hiciste pasar a este pueblo el Jordán, para entregarnos en las manos de los amorreos y que nos destruyan? ¡Mejor nos hubiéramos quedado al otro lado del Jordán! (Jos 7, 7)

Josué le habla a Dios pero postrado delante del arca. La forma en que se narra dice claro: permanecieron postrados delante del ARCA.

Jos 7, 10 menciona que Yahvé pregunta: ¿por qué estás postrado en tierra? Esa pregunta es curiosa, pues refleja que Josué lo hizo más por temor que por otra cosa. La respuesta de Dios demuestra que la postura no es un acto de adoración, porque si no, Dios acogiera la actitud de Josué de otro modo. Por tanto, se logra mostrar que no todo el que esté arrodillado está adorando, y si lo está delante de la presencia de Dios, por temor, tampoco se puede considerar que esté adorando a Dios.

Con todo esto vemos que:

  1. Josué se postró sólo ante el Arca.
  2. Dios recrimina a Josué su postura.
  3. La postura de Josué no fue de adoración sino de temor por la muerte de 36 soldados en Hay.
  4. Todo esto demuestra que la postura física no siempre refleja la postura del corazón.

Si se observan TODOS los diálogos de Dios a Josué, sólo en UNO se remarca que Dios lo hiciera desde el arca. ¿Por qué? Seguramente para recalcar la actitud insegura de Josué. De esta forma, si bien Dios dijo que hablaría en medio del lugar del perdón (Ex 25, 8-9) no hay evidencia que con Josué fuera así, y el necesitara estar frente al arca para hacerlo.

d) Ninguna de ellas representaban a personas específicas, con nombre e «historia». e) Evidentemente en Éxodo 20:4 Dios Padre no se refería a ESTE tipo de imágenes (sino se estaría contradiciendo Él mismo).

Este argumento es muy falaz, porque cuestionar que las imágenes del AT no se referían a personas, cuando sabemos muy bien que la doctrina católica de la comunión de los santos está centrada en la Resurrección de Cristo, y que sólo desde ahí se abrieron las puertas del cielo es absurdo. Aun si la Biblia hubiera querido mostrar esto no se hubiera podido pues durante el AT no había ningún alma redimida por Cristo. Por tanto, los argumentos dados no se pueden sostener.

Las imágenes católicas son representativas. Este tipo de imágenes, las que sólo buscan representar aparecen en la Biblia. Su fin no es de culto, pero si se llega a ello, se vuelve un PESEL y se cae en la idolatría, así no haya sido fabricada con ese fin. La palabra usada es TSELEM.

Por ejemplo, los filisteos cuando devolvieron el arca a los israelitas, les enviaron junto a ella, unos ratones de oro y unos tumores (hemorroides) pero no hay condena sobre ello. Si bien estas imágenes no las fabrican los israelitas, cuando las reciben no se indica que las destruyan; esto sería extraño teniendo tan fuerte el mensaje sobre los ídolos y asumiendo que fuera verdad la interpretación protestante de que toda imagen es rechazada por Dios:

Y ellos dijeron: ¿Y cuál será la expiación que le pagaremos? Y ellos respondieron: Cinco hemorroides de oro, y cinco ratones de oro, conforme al número de los príncipes de los filisteos, porque una misma plaga estuvo sobre todos vosotros y sobre vuestros príncipes. (1 Sam 6, 4)

Estas imágenes eran “representativas”. El versículo 5 lo dejará ver mejor:

Haréis, pues, figuras de vuestras hemorroides, y figuras de vuestros ratones que destruyen la tierra, y daréis gloria al Dios de Israel: quizá aliviará su mano de sobre vosotros, y de sobre vuestros dioses, y de sobre vuestra tierra. (1 Sam 6, 5)

Como se aprecia, las imágenes fabricadas son en honor a Dios, y la palabra hebrea utilizada es tselem

וַעֲשִׂיתֶם֩ צַלְמֵ֨י [עָפְלֵיכֶם כ] (טְחֹרֵיכֶ֜ם ק) וְצַלְמֵ֣י עַכְבְּרֵיכֶ֗ם הַמַּשְׁחִיתִם֙ אֶת־הָאָ֔רֶץ וּנְתַתֶּ֛ם לֵאלֹהֵ֥י יִשְׂרָאֵ֖ל כָּבֹ֑וד אוּלַ֗י יָקֵ֤ל אֶת־יָדֹו֙ מֵֽעֲלֵיכֶ֔ם וּמֵעַ֥ל אֱלֹהֵיכֶ֖ם וּמֵעַ֥ל אַרְצְכֶֽם׃

Los israelitas reciben el arca y la caja con los objetos, y lejos de destruirlos, los colocan sobre una piedra y le ofrecen holocaustos al Señor:

Y los levitas bajaron el arca de Jehová, y la caja que estaba junto a ella, en la cual estaban las joyas de oro, y las pusieron sobre aquella gran piedra; y los hombres de Bet-semes sacrificaron holocaustos y ofrecieron sacrificios a Jehová en aquel día. (1 Sam 6, 15)

Los israelitas ofrecieron a Dios, sacrificios teniendo la caja con imágenes paganas fabricadas en oro, y Dios no les reprochó nada porque las imágenes no eran idolátricas ni fueron usadas como objetos de culto a Dios, ni representaban a Dios. ¿Qué representaban? El verso 17 y 18 explica que los tumores fueron por las 5 ciudades principales y los ratones por las ciudades asociadas a los 5 príncipes. Por tanto, a pesar que los filisteos tenían sus dioses, estas imágenes en sí, no eran idolátricas.

Existen otros textos con el uso de tselem que nos muestra que su función es representar o asemejar algo:

Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. (Gen 1, 27)

Se entiende que el hombre es hecho a imagen de Dios. Es un uso claro, y por ello el tselem se concibió como una imagen representativa. Moimónides, filósofo y teólogo judío del medioevo, entiende tselem en los pasajes de la creación no por su corpoeridad sino por su intelecto[4], y

Sin embargo, como se ha dicho, el uso errado de un tselem lo puede convertir en un pesel, y así logró ocurrir. Veremos imágenes asociadas a cultos idolátricos, y aun cuando no sean un pesel mandaron a ser destruidas:

“Echaréis a todos los moradores del país de delante de vosotros, y destruiréis todas sus pinturas, y todas sus imágenes (ṣalmê) de fundición, y arruinaréis todos sus altos” (Num 33, 52).

En esta cita aparece la palabra “imagen” y en el hebreo se usa tselem. Pero es importante observar que se refiere a imágenes de fundición. Esto se hace ver porque en otra cita que ya habíamos colocado, no se usa tselem siendo que se refiere a imágenes de fundición también:

Serán vueltos atrás y completamente avergonzados, los que confían en ídolos (pesel), los que dicen a las imágenes fundidas (ləmassêḵāh): Vosotros sois nuestros dioses. (Is 42, 17)

Esto mismo lo observaremos en otras citas en donde sólo se usa massêḵāh y sus complementos, sin mencionar la palabra tselem, pero que en la traducción en español aparece como “imagen”. Ver (Sal 106,19; Deu 9,12; Jue 17,3; 1Re14,9)

Por tanto, Num 33, 52 es una particularidad que teniendo massêḵāh y pudiendo traducirla como imagen fundida, hayan querido agregar la palabra tselem.

Tselem también es mencionada por Ezequiel en una parábola sobre las infidelidades de dos mujeres, que representan a Jerusalén y Samaría, y en una parte expresa así:

Y aumentó sus prostituciones; pues cuando vio hombres pintados en la pared, imágenes (tselem) de caldeos pintadas de color, ceñidos de talabartes por sus lomos, y turbantes de colores en sus cabezas, teniendo todos ellos parecer de capitanes, a la manera de los hombres de Babilonia, nacidos en tierra de caldeos, al verlos se enamoró de ellos, y les envió mensajeros a la tierra de los caldeos. (Ez 23, 14-17)

Imagen babilónica del siglo VII a.C[5]

La cita de Ezequiel nos muestra que en la parábola se mencionan imágenes representativas (tselem), que no corresponden a ídolos o dioses, por tanto la imagen en sí no es condenada. ¿Qué es lo malo? Lo malo es lo que las mujeres en la parábola hicieron al verlas: se enamoraron y enviaron mensajes. De esta forma, las imágenes representativas pueden inducir de un modo u otro a un acto bueno o malo. Recordemos la serpiente de bronce: su objetivo era recordar el poder de Dios pero después la volvieron un ídolo.

La Iglesia Católica tiene conciencia del papel de las imágenes y de su real función como medios para la oración, por ello la Constitución Dogmática Sacrosantum Concilium menciona que sean pocas y guarden un orden:

Manténgase firmemente la práctica de exponer imágenes sagradas a la veneración de los fieles; con todo, que sean pocas en número y guarden entre ellas el debido orden, a fin de que no causen extrañeza al pueblo cristiano ni favorezcan una devoción menos ortodoxa. [SC 125][6]

Pero haciendo honor a la verdad, es también posible que una imagen representativa tenga un uso idolátrico, tal como sucede en los siguientes pasajes:

Mas llevabais el tabernáculo de vuestro Moloc y Quiún, ídolos vuestros, la estrella de vuestros dioses que os hicisteis. (Am 5, 26)

La imagen mencionada como tselem está asociada a una estrella pero era realmente un dios asociado a divinidades falsas babilónicas que tenían que ver con el planeta Saturno. Como nos explica A. Bonora:

Probablemente Israel sufría la tentación de entregarse al culto de los astros, difundido y practicado en Babilonia; así se explica la prohibición insistente del / decálogo y la polémica de Amós contra el culto de Saturno y la de Isaías contra el culto a Venus, asociada a la diosa Astarté.[7]

Los judíos seguramente siguieron por el desierto esta estrella[8], asociada al planeta Saturno, la estrella llamada Kaiwan. Los judíos cambiaron los signos vocálicos para asociarlos a cosa abominable, por lo que se cambia a Quiún (Kevan), Y al pasar al griego se cambia a Remfan[9], que es lo que menciona Hechos 7, 43.

La cita de Amos en versiones católicas es diferente a la de la Reina Valera en los nombres. Esto ocurre por un error en la traducción usada por la Reina Valera de la versión de los LXX[10], pues se pasa de Sikkut a Moloc y de Kewan a Quiun:

«Mas llevaréis a “Sikkut,” vuestro rey, y a “Kewan,” vuestros ídolos, la estrella de vuestro dios que os habéis fabricado». (Nacar Colunga)

«Vosotros llevaréis a Sakkut, vuestro rey, y la estrella de vuestro dios, Keván, esas imágenes que os habéis fabricado» (Jerusalén)

Pero como explica el Comentario del uso del Nuevo Testamento en el Antiguo[11]:

No es claro si la estrella de Kaiwan es otra imagen o si es paralelismo poético; puede ser relevante que los dioses acadianos o dioses variadamente conocidos como Ninib, Sakkut y Kaiwan(o Kewan) eran asociados con el planeta Saturno.

Por tanto, no es posible afirmar categóricamente que Amos esté condenando una imagen fabricada, sino que puede aludir a una divinidad que seguían los judíos en el desierto.

No debe extrañarse que un tselem por el uso se convierta en un pesel. Esto debe quedar claro y no permitir dudas. La palabra tselem desde el mismo Génesis tiene un uso de representación, así lo muestra 1 Samuel e incluso Ezequiel. Para citas en donde el tselem fue condenado (Ver 2 Cro 23, 17; Ez 7, 20; Ex 16, 7). En estas citas jamás se condena la hechura de las imágenes, pero la condena en la cita siempre va asociada al culto idolátrico en que estaban inmersos esos tselem.

De este modo, puede comprender un católico que el culto dado a las imágenes en nada puede ser condenado apelando a las citas tradicionales usadas contra ellas por parte de las sectas.


[1] http://bibliaparalela.com/hebrew/1544.htm

[2] http://bibliaparalela.com/hebrew/457.htm

[3] http://www.conocereislaverdad.org/segundomandamiento.htm

[4] LUQUE, Jordán. Antropología bíblica. Pág 48. https://presys-proesad.upeu.edu.pe/materiales/CON-0407-0204_1375449381.pdf

[5] http://teoriaydibujounitec.blogspot.com/

[6] http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19631204_sacrosanctum-concilium_sp.html

[7] http://www.mercaba.org/DicTB/C/cosmos.htm

[8] http://ec.aciprensa.com/wiki/Astronom%C3%ADa_en_la_Biblia

[9] IGLESIAS, Manuel. Nuevo Testamento. Pag 517. Ed 2003

[10] FITZMAYER, Joseph. Comentario Bíblico San Jerónimo. Pág 468. Versión digital Google

[11] BEALE. G.k. Versión digital Google 

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