«id, pues, y haced discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre de! Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» Mateo 28,19
Hermanos,
Tratare esta vez uno de los temas más atacados por sectarios o protestantes. Debo decir que también es uno de los temas que más divisiones crea en el mundo que sigue la doctrina luterana de la Sola Scriptura (Solo biblia) ya que aun usando el “libre examen” no siguen las mismas doctrinas con respecto al bautismo, listo algunas de las que he visto en algunos debates apologéticos:
· El bautismo es necesario para nuestra salvación, se bautiza a bebes usando agua verdadera y la formula Trinitaria y no se requiere bautizar a quien ya fue previamente bautizado de manera valida y adecuadamente.
· El bautismo es necesario para la salvación pero solo para adultos, el cual es un acto que consuma una profesión de fe y se hace generalmente por inmersión. Se pide re-bautizarse aun cuando se hayan bautizado previamente.
· El bautismo es necesario para la salvación y se hace en adultos por inmersión y se bautiza en nombre de Jesús solamente.
· El bautismo no es necesario para su salvación, así que podrían no bautizarse.
· El bautismo de Juan (el Precursor) tuvo la misma eficacia que el bautismo de Cristo,
· No se requiere agua verdadera y natural para el bautismo, y por lo tanto las palabras de Nuestro Señor Jesucristo «A menos que el hombre nazca de nuevo a través del agua y del Espíritu Santo» son metafóricas.
· La verdadera doctrina del sacramento del bautismo no es enseñada por la Iglesia Romana,
· El bautismo dado por los heréticos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo con la intención de llevar a cabo lo que la Iglesia lleva a cabo, no es verdadero bautismo,
· El bautismo es libre, esto es, no es necesario para la salvación.
· Una persona bautizada, aún si lo desea, no puede perder la gracia, sin importar cuánto peque, a menos que se niegue a creer.
· Aquellos que han sido bautizados están obligados solamente a tener fe, pero no a observar toda la ley de Cristo.
· Las personas bautizadas no están obligadas a observar todos los preceptos de la Iglesia, escritos y tradicionales, a menos que acepten someterse a ellos.
· Todos los votos después del bautismo son nulos por razón de las promesas hechas en el bautismo mismo; porque por estos votos se daña la fe que ha sido profesada en el bautismo y el sacramento mismo
· Todos los pecados cometidos después del bautismo son ya sea perdonados o considerados veniales son la sola memoria y fe del bautismo que ha sido recibido,
· Nadie debe ser bautizado salvo a la edad en que Cristo fue bautizado o al momento de morir.
· Etc., etc. y muchas más combinaciones de etcéteras.
Bueno iniciemos con el tema desde el punto de vista católico
Y lo explica muy bien la Bula «Exultate Deo» del Papa Eugenio IV
El Santo Bautismo tiene el primer lugar entre los sacramentos, debido a que es la puerta de la vida espiritual; por él se nos hace miembros de Cristo y nos incorporamos con la Iglesia. Y ya que la muerte entró a todos por medio del primer hombre, a menos que nazcamos de nuevo del agua y el Espíritu Santo, no podremos entrar al reino de los Cielos, como nos lo ha dicho la Verdad Misma. La materia de este sacramento es agua verdadera y natural, y es indiferente si es fría o caliente. La forma es: Yo os bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Sin embargo, no negamos que las palabras: Dejad que este siervo de Cristo sea bautizado en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; o: Esta persona es bautizada por mis manos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, constituyen bautismo verdadero; porque la causa principal por la cual el bautismo tiene su eficacia es la Santísima Trinidad, y la causa instrumental es el ministro que confiere exteriormente el sacramento, entonces si el acto ejercido por el ministro es expresado junto con la invocación de la Santísima Trinidad, el sacramento es perfeccionado. El ministro de este sacramento es el sacerdote, a quien le corresponda bautizar, por razón de su oficio. Sin embargo, en caso de necesidad, no sólo puede bautizar un sacerdote o diácono, sino aún un laico o mujer, y aún un pagano o hereje, siempre y cuando observe la forma utilizada por la Iglesia, y tenga la intención de llevar a cabo lo que La Iglesia lleva a cabo. El efecto de este sacramento es la remisión de todo pecado, original y actual; al igual que todo castigo que corresponda por el pecado. Por consecuencia, los bautizados no están obligados a la satisfacción de pecados pasados; y si mueren antes de cometer pecado alguno, obtienen inmediatamente el reino de los cielos y la visión de Dios.
Tal vez sea más sencillo entender el bautismo, si repasamos esto
Un sacramento es un signo visible y eficaz de una realidad invisible que confiere la gracia que significa. Como todo sacramento requiere para que sea valido: Materia, Forma, Ministro y Sujeto,
El bautismo es el sacramento instituido por Jesucristo, que nos hace discípulos suyos y nos regenera a la vida de la gracia, mediante la ablución con agua natural y la invocación de las tres personas divinas. Nos asume en su Cuerpo comunicándonos en el Espíritu la filiación divina.
El ministro ordinario es el obispo, el sacerdote y el diácono, el sujeto es cualquier hombre que no haya recibido el bautismo, La materiade este sacramento es la ablución con agua natural, y la formala componen las palabras: «Yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Como todo sacramento el bautismo obra ex operte operato, esto es, que una vez realizado el rito tenemos la certeza de que Dios se hizo presente a través de él. Y esto por supuesto ocurre por promesa libre de Dios, no por el rito pér se, ya que eso sería hechicería.
No olvidar que el agente primero y primordial en todo sacramento es Cristo mismo, de tal manera que el sacramento NO es un acto de hombres rindiendo homenaje a Dios, sino un acto de Dios para la liberación del hombre.
Etimología
La palabra española bautismo viene del griego bapto βάπτω, y que deriva a báptizo, βαπτίζω . que según el diccionario strong quiere decir teñir (machar), sumergir, el sentido que aplica es el de inmersión, cabe aclarar que el diccionario Strong en su “exhaustiva concordancia” le da el significado de:
“A primary verb; to whelm, i.e. Cover wholly with a fluid; in the New Testament only in a qualified or special sense, i.e. (literally) to moisten (a part of one’s person), or (by implication) to stain (as with dye) — dip.”
“Vebo primario; sumergir, por ejemplo cubrir la totalidad con un fluido; en el Nuevo Testamento solamente en un sentido calificado o especial, por ejemplo (literalmente) mojar (una parte de alguna persona), o (por implicación) manchar (como al teñir)—sumergir”
La iglesia toma estos sentidos de manera literal y figurada. Algunos
Hechos 8, 26-39:
Felipe, avisado por un ángel, se dirige por el camino que va de Jerusalén a Gaza, al encuentro de un siervo de la reina de Etiopía, que volvía de Jerusalén a su país. Este personaje iba leyendo una profecía de Isaías sobre Jesús, sin entenderla. Ante la pregunta de Felipe, le invitó a subir a su carroza. Felipe le explicó la profecía, anunciándole a Jesús. Entonces; ese hombre le suplicó que le bautizara, diciéndole: «Mira, aquí hay agua: ¿Qué impide que yo sea bautizado?». Felipe le dijo: «Si crees de todo corazón, bien puedes». Y respondiendo dijo: «Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios». Mandó parar el coche, bajaron ambos al agua y Felipe le bautizó. Ese hombre quedó lleno de alegría
En este versículo vemos que se requiere de la materia para el bautismo: AGUA
Primer objeción: El bautismo solo se aplica a adultos después de una profesión de Fe.
La historia del cristianismo está muy detallado en la Biblia, los primeros conversos eran adultos, a quienes se les predicaba primero y después se bautizaba a los que creían. No existía el problema de los hijos de los cristianos, porque todavía no había cristianos.
Al no entender este importante detalle, muchos anticatólicos concluyen falazmente que al no haber ejemplos de bautismo de bebes en la biblia simplemente no ocurrió y no es necesario.
Sin embargo; Jesús ordeno a los Apóstoles bautizar a TODO el mundo, esto es a los bebes también.
«id, pues, y haced discípulos a TODAS las gentes, bautizándolas en el nombre de! Padre y del Hijo y del Espíritu Santo»
Algunos anticatólicos ven en el mandato una doble instrucción: Hacer discípulos y Bautizar, lo cual es incorrecto, ya que Jesús ordena hacer discípulos bautizándolos, ese es el sentido de esa frase, ya que el sujeto de la oración es “TODAS las gentes” la acción de hacerlos discípulos es bautizándolas.
Ahora, ¿Que pasaba cuando ya habían predicado y los adultos eran conversos bautizados? ¿Se dejaba de bautizar a los niños? No, de ninguna manera.
Ellos le respondieron: «Ten fe en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu familia». Y le anunciaron la Palabra del Señor y a todos los de su casa. Luego el carcelero, llevándolo consigo, les lavó las heridas, e inmediatamente se hizo bautizar él con toda su familia (Hechos 16,31-33).
Ella y los de su familia recibieron el bautismo(Hechos 16,15).
Yo pregunto sin ánimo de ofender la inteligencia de los no católicos, ¿Creen que a quienes se referían en Hechos eran familias sin hijos? Importante resaltar que en la cultura semita el concepto de familia eran los papás, los hijos, los servidores y los esclavos, con sus respectivos hijos.
Aspectos importantes para entender la refutación de esta propuesta anticatólica
La universalidad y necesidad del mandato para nuestra salvación es definida en varias citas, una de las que creo estas dos son muy claras:
Juan 3,5 «En verdad, en verdad te digo que si uno no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de los cielos»
38.Pedro les contestó: «Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo; pues la Promesa es para vosotros y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos, para cuantos llame el Señor Dios nuestro.» Hechos 2,38 y 39
También es importante aclarar que la profesión de fe antes del bautismo NO es necesaria, la razón es teológica. Si entendemos que es Dios quien nos ofrece en una promesa el hacernos hijos de El por medio del bautismo, es un regalo de Dios para nosotros, el obtener la filiación divina NO puede en modo alguno ser una obra humana (la profesión de fe) ya que el hombre es carne, y según Juan 3,6 lo nacido de la carne es carne y del Espíritu es Espíritu.
Aquí una buena cita donde Dios es quien nos derrama el Espíritu en toda carne.
“«Sucederá después de esto que yo derramaré mi Espíritu en toda carne. Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.” Jeremías 31,31-34
Para ser claro, Dios es quien nos da la participación divina, no requiere de nuestra aceptación o conciencia para darnos la gracia santificante (dada en el bautismo), es hasta que somos consientes cuando podemos usar el libre albedrio para cooperar con la gracia, pero primero debemos de obtenerla con el bautismo. Para ir a mayor profundidad favor de ver el tema “¿Necesitamos nacer de nuevo?
Otro aspecto en cuanto a la necesidad o no de una conciencia o de la capacidad de elección para ser bautizado.
Cuando Dios hace la primer alianza con su pueblo le pide que los varones sean circuncidados
Gen 17,10.Esta es mi alianza que habéis de guardar entre yo y vosotros – también tu posteridad -: Todos vuestros varones serán circuncidados.
Después vemos a Pablo haciendo una analogía entre el bautismo y la circuncisión
Col 2, 11.en él también fuisteis circuncidados con la circuncisión no quirúrgica, sino mediante el despojo de vuestro cuerpo mortal, por la circuncisión en Cristo. 12. Sepultados con él en el bautismo, con él también habéis resucitado por la fe en la acción de Dios, que resucitó de entre los muertos.
Es obvio que un bebe no puede decidir si circuncidarse o no para ser parte del pueblo elegido, lo mismo sucede con el bautismo, son los padres quienes velan por darle a sus hijos lo mejor posible, y claro para los católicos consientes de la importancia del bautismo, no les pedimos opinión, tal como no les pedimos consentimiento para elegir una escuela de educación elemental.
Segunda objeción: los bebes no tienen pecado
La Escritura nos habla de que los bebes heredan el pecado original
(Sal 51,5 o 51,7). En el pecado me concibió mi madre
Job 4.17-18 ¿Hay algún hombre que se encuentre bueno delante de Dios? ¿Será puro algún mortal a los ojos de su Hacedor?
Sal 51.7 Tú ves que malo soy de nacimiento, pecador desde el seno de mi madre.
Rom 3.11 No hay nadie bueno, ni siquiera uno.
Rom 5.12 Un solo hombre hizo entrar el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte. Después la muerte se propagó a todos los hombres.
Ef 2.3 Nos dejamos llevar por las codicias humanas, obedeciendo a los deseos de nuestra naturaleza… ,e íbamos directamente al castigo.
¿Los bebes muertos sin bautismo van al infierno?
El Catecismo de la Iglesia Católica enseña:
En cuanto a los niños muertos sin Bautismo, la Iglesia sólo puede confiarlos a la misericordia divina, como hace en el rito de las exequias por ellos. En efecto, la gran misericordia de Dios, que quiere que todos los hombres se salven (Cf. 1Tim 2,4) y la ternura de Jesús con los niños, que le hizo decir: «Dejad que los niños se acerquen a mí, no se lo impidáis» (Mc 10,14), nos permiten confiar en que haya un camino de salvación para los niños que mueren sin Bautismo. Por eso es más apremiante aún la llamada de la Iglesia a no impedir que los niños pequeños vengan a Cristo por el don del santo Bautismo. -Catecismo 1261
Teorías teológicas nos dicen que si los padres tenían la intención de bautizar a su bebe y muere antes de poder ser bautizado, podría caer en la definición de “bautismo por deseo” (ver después en Tipos de Bautismo)
Tercera objeción: Jesús no bautizaba
Es gracioso leer esa objeción, pero como la he visto en anticatólicos que no se bautizan, pues considero es importante colocar la respuesta
«Después de esto, Jesús fue con sus discípulos a Judea. Permaneció allí con ellos y bautizaba» Juan 3,22
«Cuando Jesús se enteró de que los fariseos habían oído decir que él tenía más discípulos y bautizaba [Jesús] más que Juan –en realidad él no bautizaba, sino sus discípulos– dejó la Judea y volvió a Galilea». Juan 4,1-3
Me gustó lo que vi en la Catena Aurea, pues explica bastante bien este tema:
San Agustín. Acaso os parezca extraño que se diga: «bautizaba más que Juan», y a continuación se añada: «aun cuando Jesús no bautizaba». ¿Cómo es esto? ¿Era mentira lo que se había dicho y por esto se rectifica?
Crisóstomo, ut supra. No era el mismo Jesucristo el que bautizaba, sino que los que referían esto lo contaban así a fin de despertar la envidia de aquellos que los oían, esto es, que Jesucristo bautizaba mucho más que San Juan. Y por qué razón El no bautizaba lo había predicho ya San Juan, diciendo: «El os bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego» (Lc 3,16) Todavía no enviaba al Espíritu Santo; por lo tanto puede decirse con toda propiedad que no bautizaba. Lo hacían sus discípulos, queriendo atraer a muchos a la doctrina. Y para que no se reuniesen constantemente los que le seguían con los que habían de creer en El, como hizo con Simón y su hermano, determinaron bautizar; porque nada más tenía el bautismo de los discípulos que lo que tenía el bautismo de San Juan, pues uno y otros carecían de aquello que es propio del Espíritu de la gracia, y ambos reconocían una misma causa, a saber, conducir a Cristo los que eran bautizados.
San Agustín. Uno y otro bautismo eran verdaderos, porque Jesús bautizaba y no bautizaba; bautizaba, porque limpiaba de los pecados, y no bautizaba porque no derramaba el agua. Los discípulos ejercían el ministerio de las cosas corporales y El lo revestía de cierta majestad1. Por tal razón se ha dicho: «Este es el que bautiza» (Jn 1,33)
Cuarta objeción: El “buen ladrón no necesito de bautismo”
¿Por que Jesus le dijo al ladron arrepentido en la cruz,que nunca habia sido bautizado: «De cierto te digo que hoy estaras conmigo en el paraiso» (Lc. 23:43).
«Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros». Pero el otro lo increpaba, diciéndole: «¿No tienes temor de Dios, tú que sufres la misma pena que él? Nosotros la sufrimos justamente, porque pagamos nuestras culpas, pero él no ha hecho nada malo». Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas a establecer tu Reino». El le respondió: «Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso»».
Lucas 23,39-43
Este ladrón, aparte de arrepentido, está también confesando sus pecados y profesando su fe en Cristo. En estos casos, en donde es imposible recibir el bautismo ordinario, se da igualmente un bautismo: el bautismo por deseo y/o por sangre.
«Con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con la boca se confiesa para obtener la salvación» Romanos 10,10
Quinta objeción: Pablo no bautizaba.
I Cor 1,17.Porque no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el Evangelio. Y no con palabras sabias, para no desvirtuar la cruz de Cristo
A veces los no católicos creen pueden con una cita hacer una doctrina, aquí la respuesta:
«Sí, también he bautizado a la familia de Estéfanas, pero no recuerdo haber bautizado a nadie más. Porque Cristo no me envió a bautizar, sino a anunciar la Buena Noticia, y esto sin recurrir a la elocuencia humana, para que la cruz de Cristo no pierda su eficacia».
1Corintios 1,16-17
San Pablo no está menospreciando el bautismo, sino destacando su rol principal como Apóstol de Cristo, precisamente por las discordias que habían en la comunidad de Corinto (1Cor 1,11-15).
Santo Tomás explica:
«Porque no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar». Explica por qué bautizo a pocos; contra lo cual parece estar lo que dice San Mateo: «id y enseñad a todas las gentes bautizandolas en el nombre… » (28). A esto se responde que Cristo envió a sus apostoles con ese doble encargo, pero con tal condición que lo de la predicación, como ellos mismos decian, corriese de cuenta suya: «no es justo que nosotros descuidemos la predicación de la palabra de Dios por cuidar de las mesas». El bautismo, en cambio, lo conferiría por ministros inferiores, y esto precisamente porque en el bautismo de nada sirve la industria o la virtud del bautizante; porque es indiferente que lo confiera un ministro inferior o mayor; mas en la predicación del Evangelio pesa mucho la sabiduría y la virtud del predicador, por cuya razón el oficio de la predicación, como ministros mayores, ejercianlo por si mismos los Apostoles, así como de Cristo mismo se dice que El por si no bautizaba, sino sus discipulos, y, con todo, de Si dice: «es necesario que Yo predique también a otras ciudades el Evangelio del reino de Dios, pues para eso he sido enviado» (Lc 4 Is 61).
Pablo no menosprecia el bautismo, sino todo lo contrario:
«¿No saben ustedes que todos los que fuimos bautizados en Cristo Jesús, nos hemos sumergido en su muerte?
Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, par que así como Cristo resucitó por la gloria del Padre, también nosotros llevemos una Vida nueva».
Romanos 6,3-4
Sexta objeción: Los católicos no se bautizan como dice la Biblia (por inmersión)
Los no católicos nos acusan de no bautizarnos correctamente ya que no lo hacemos siempre por inmersión, sino por o aspersión o infusión
De La Didache (Didajé), o Enseñanzas de los Doce Apóstoles, fue escrito entre el año 65 y 80 A.D. y encontrado en 1873 en Macedonia, cerca de Constantinopla. Es el primer catecismo escrito que conocemos. Reconocido con gran estima por los Padres de la iglesia. Por este documentosabemos como ellos interpretaban las enseñanzas de los Apóstoles y cómo vivían. Codifica las reglas de vida que deben saber los cristianos de manera práctica para la enseñanza:
«Acerca del bautismo, bautizad de esta manera: Dichas con anterioridad todas estas cosas bautizad en el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo en agua viva. Si no tienes agua viva, bautiza con otra agua; si no puedes hacerlo con agua fría, hazlo con caliente. Si no tuvieres una ni otra, derrama agua en la cabeza tres veces en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo»
Una cita que nos demuestra que existe una prefigura del bautismo y que NO fue por inmersion es el paso del pueblo israeli por el Mar Rojo, ahi nadie se sumergio en el mar, solo pasaron por la nube, y sabemos bien las nubes son de vapor de agua y esta moja por aspersion.
1 Corintios 10, 1-2: “No quiero que ignoréis, hermanos, que todos nuestros padres estuvieron bajo la nube, y que todos atravesaron el mar. Todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar…”.
También es relevante entender que la Biblia nos menciona el Bautismo de San Pablo, el cual fue hecho inmediatamente después de que se le cayeron las costras de los ojos, estando dentro de la casa de Judas.
Hch 9,11 Y el Señor: «Levántate y vete a la calle Recta y pregunta en casa de Judas por uno de Tarso llamado Saulo;
Hch 9,18 Al instante cayeron de sus ojos unas como escamas, y recobró la vista; se levantó y fue bautizado
Una observación para reflexionar:
Hechos 2, 41 dice que más de 3000 personas fueron bautizadas en Jerusalén, allí donde el agua era escasa. Sería inmoral sumergir a 3000 mil personas en el pozo público de donde se sacaba el agua para beber? ¿Es lógico concluir que fueron bautizadas por inmersión?
Séptima objeción: Bautizarse solo en nombre de Jesús
Entonces Pedro tomó la palabra y dijo: «¿Quién podría negar el agua del bautismo a quienes han recibido el Espíritu Santo, igual que nosotros?». Y mandó bautizarlos en el nombre de Jesucristo(Hechos 10,47-48).
Algunas denominaciones bautizan en nombre de Jesús, lo cual es inválido. Aquí cito de la Enciclopedia Católica:
Ha existido una controversia teológica sobre la cuestión de si el bautismo dado en el nombre de Cristo fue considerado válido alguna vez. Ciertos textos en el Nuevo Testamento han dado pie a esta dificultad. Pues San Pablo (Hechos, xix) ordena a ciertos discípulos en Efesios a ser bautizados en el nombre de Cristo: «Fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús». En Hechos, x, hemos leído que San Pedro ordenaron a otros a ser bautizados «en el nombre en el nombre de Jesucristo», y sobre todo tenemos el mandato explícito del Príncipe de los Apóstoles: «Ser bautizados cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo, para el perdón de sus pecados (Hechos, ii). Debido a estos textos algunos teólogos han sostenido que los Apóstoles bautizaban sólo en el nombre de Cristo. Santo Tomás, San Buenaventura, y Alberto Magno son invocados como autoridades para esta opinión, y declararon que los Apóstoles actuaban de tal modo por dispensa especial. Otros escritores, tales como Pedro Lombardo y Hugo de San Víctor, sostienen también que dicho bautismo sería válido, pero no hablan acerca de una dispensa para los Apóstoles. La opinión más probable, sin embargo, parece ser que los términos «en el nombre de Jesús», «en el nombre de Cristo», se refieren ya sea al bautismo en la fe enseñado por Cristo, o son empleados para distinguir el bautismo cristiano de aquel de Juan el Precursor. Parece del todo improbable que inmediatamente después que Cristo ha promulgado solemnemente la fórmula trinitaria del bautismo, los Apóstoles mismos la hubieran sustituido por otra. De hecho, las palabras de San Pablo (Hechos, xix) implican claramente que no lo hicieron. Pues, cuando algunos cristianos en Efesios declararon que nunca habían oído hablar el Espíritu Santo, el Apóstol pregunta: «¿En quién han sido bautizados?» Este texto ciertamente parece declarar que San Pablo dio por hecho que los Efesios debían haber escuchado el nombre del Espíritu Santo cuando la fórmula sacramental del bautismo fue pronunciada sobre ellos.
La autoridad del Papa Esteban I ha sido alegada para la validez del bautismo dado sólo en el nombre de Cristo. San Cipriano dice (Ep. ad Jubaian) que este pontífice declaró todo bautismo otorgado como válido siempre y cuando hubiera sido dado en el nombre de Jesucristo. Debe notarse que la misma explicación se aplica a las palabras de Esteban y a los textos de las Escrituras dadas anteriormente. Lo que es más, Firmiliano, en su carta a San Cipriano, implica que el Papa Esteban requirió una mención explícita de la Trinidad en el bautismo, pues cita al pontífice declarando que la gracia sacramental es conferida por que una persona ha sido bautizada «con la invocación en los nombres de la Trinidad, Padre e Hijo y Espíritu Santo». Un pasaje que es muy difícil de explicar se encuentra en los trabajos de San Ambrosio (Lib. I, De Sp. S., iii), donde declara que si una persona nombra a una persona de la Trinidad, las nombra a todas: «Si se dice Cristo, se designa a Dios Padre, por quien el Hijo fue ungido, y al Espíritu Santo en quien Él fue ungido». Este pasaje ha sido interpretado generalmente como refiriéndose a la fe del catecúmeno, pero no a la forma bautismal. Más difícil es la explicación de la respuesta del Papa Nicolás I a los búlgaros (cap. civ; Labbe, VIII), en la cual establece que una persona no debe ser rebautizada si ya ha sido bautizada «en el nombre de la Santísima Trinidad o sólo en el nombre de Cristo, como se lee en los Hechos de los Apóstoles (pues es una misma cosa, como ha explicado San Ambrosio)». Como en el pasaje al cual alude el papa, San Ambrosio hablaba de la fe del recipiente del bautismo, como ya hemos establecido, se ha sostenido que este es también el significado que el Papa Nicolás intentaba comunicar con sus palabras (vea otra explicación en Pesch, Prælect. Dogm., VI, no. 389). Lo que parece confirmar esto es la respuesta del mismo pontífice a los búlgaros (Resp. 15) en otra ocasión cuando le consultaron sobre un caso práctico. Preguntaron si ciertas personas que fueron bautizadas por un hombre que pretendía ser sacerdote griego debían ser rebautizadas. El Papa Nicolás replica que el bautismo debe considerarse válido «si fueron bautizados, en el nombre de la suprema e indivisa Trinidad». Aquí el papa no da el bautismo en el nombre de Cristo sólo como una alternativa. Los moralistas hablan de la cuestión de validez de un bautismo en cuya administración otra cosa había sido adicionada a la forma prescrita como «y en el nombre de la Bendita Virgen María«. Ellos argumentan que dicho bautismo sería inválido, si el ministro tenía en ese momento la intención de atribuir la misma eficacia al nombre agregado como a los nombres de las Tres Personas Divinas. Sin embargo, si fue hecho sólo por error piadoso, no interferiría con la validez (S. Alf., n. 111).
Citas históricas sobre el Bautismo de infantes
San Irineo de Lyon
Obispo y mártir. Fue discípulo de San Policarpo que a su vez fue discípulo del apóstol San Juan. Célebre por su tratado “Contra las Herejías” donde combate las herejías de su tiempo, en especial las de los gnósticos. Nació aproximadamente en el 130 d.C. y murió en el 202 d.C.
Se hace eco de la fe de la Iglesia primitiva que profesaba que todo hombre nace en la carne, y por tanto debe nacer del agua y del espíritu, lo cual interpreta inequívocamente como el bautismo, con el cual se obtenía también la remisión de los pecados.
“Y [Naamán] se zambulló a sí mismo. . . siete veces en el Jordán. No fue por nada que Naamán ya viejo, enfermo de lepra, fue purificado al ser bautizado, sino para indicarnos a nosotros, que, como leprosos en el pecado, somos limpiados, por medio del agua sagrada y la invocación del Señor, de muestras transgresiones, siendo espiritualmente regenerados como bebes recién nacidos, aun cuando el Señor ha declarado: «El que no naciere de nuevo a través del agua y el Espíritu, no entrará en el reino de los cielos»”
San Ireneo de Lyon, Fragmento 34 (1)
“Porque vino a salvar a todos: y digo a todos, es decir a cuantos por él renacen para Dios, sean bebés, niños, adolescentes, jóvenes o adultos. Por eso quiso pasar por todas las edades: para hacerse bebé con los bebés a fin de santificar a los bebés; niño con los niños, a fin de santificar a los de su edad, dándoles ejemplo de piedad, y siendo para ellos modelo de justicia y obediencia; se hizo joven con los jóvenes, para dar a los jóvenes ejemplo y santificarlos para el Señor”
San Ireneo, Adversus haereses 2, 22,4 (2)
Orígenes,
Escribió en el año 244A.D. que «el bautismo se le da a los infantes» (Homilías sobre Levítico, 8:3:11). El Concilio de Cartago, 253A.D. condenó la opinión de que el bautismo no debe darse a infantes hasta el octavo día de su nacimiento.
Si los niños son bautizados “para la remisión de pecados” cabe preguntarse ¿de qué pecados se trata? ¿Cuándo pudieron pecar ellos? ¿Cómo se puede aceptar semejante testimonio para el bautismo de niños si no se admite que “nadie está exento de pecado, aún cuando su vida en la tierra no haya durado más que un solo día”?. Las manchas del nacimiento son borradas por el misterio del bautismo. Se bautiza a los niños porque “si no se nace del agua y del espíritu, es imposible entrar al reino de los cielos” .
Orígenes, In Luc. hom. 14, 1.5 (4)
San Agustín enseñó:
«La costumbre de la Madre Iglesia de bautizar a los infantes ciertamente no debe ridiculizarse… ni se debe creer que su tradición es otra cosa sino apostólica» (Interpretación literal del Génesis 10:23:39 [A.D. 408]).
Datos interesantes del bautismo
1. El Agua es considerada la materia remota, y es indispensable para que el bautismo sea válido dentro de lo que se considera agua y es materia bautismal válida, ya sea agua de mar, de fuente, o pozo, o estanque; ya sea clara o turbia; dulce o salada; caliente o fría; con color o transparente., Se considera Materia inválida es todo líquido que no sea llamado usualmente agua verdadera. Tales son aceite, saliva, vino, lágrimas, leche, sudor, cerveza, caldo, el jugo de frutas, y cualquier mezcla que contenga agua que los hombres no llamen agua.
2. La materia próxima del bautismo es la ablución llevada a cabo con agua. La palabra misma «bautizar», como hemos visto, significa un lavado. Han prevalecido tres formas de ablución entre los cristianos, y la Iglesia las sostiene todas como válidas porque cumplen el requisito necesario del lavado bautismal. Estas formas son inmersión, infusión, y aspersión.
3. La forma de bautismo por inmersión es como la conocemos, sumergidos en agua, la forma por infusión es como la conocemos los católicos que se derrama agua sobre la cabeza del bautizado. Por aspersión es rociar agua con hisopo. Dado que la definición de bautismo es “lavar” y para que sea válido, el agua debe de correr por la cabeza del bautizado, si no es así podría ser considerado invalido. En el caso de la aspersión es el gran riesgo (que no corra el agua).
4. En el caso de enfermos muy graves se puede tibiar el agua, o en el caso de fetos aun con vida puede no ser aplicado directamente en la cabeza sino en el pecho u hombro, pero seria un bautismo condicional, por lo que si se salva y recupera la salud deberá de bautizarse correctamente.
5. Se debe de lavar tres veces, con cada una de las menciones de las personas de la Trinidad de acuerdo con la forma: “Yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo”.
6. Es válido el bautismo que haga cualquier bautizado laico, quien en caso de extrema gravedad del bautizado, lo bautice con agua verdadera y con la forma Trinitaria. Esto porque el mismo bautismo nos hace sacerdotes.
7. Los ya bautizados (aun en otras denominaciones) y que hayan sido bautizados con agua verdadera y con la formula trinitaria podría considerarse un bautismo valido, y si la arquidiócesis lo acepta no debería de bautizarse de nuevo.
8. Un bautismo puede efectuarse como bautismo condicional, esto es cuando haya una duda razonable de si alguien fue bautizado válidamente o no, y en dichos casos el ritual es: «Si no estáis aún bautizado, entonces yo os bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo».
Sustitutos del Sacramento
Los Padres y teólogos frecuentemente dividen el bautismo en tres tipos: el bautismo de agua (aquæ o fluminis), el bautismo por deseo (flaminis), y el bautismo de sangre (sanguinis). Sin embargo, sólo el primero es un sacramento verdadero. Los últimos dos se denominan bautismo sólo por analogía, pues suplen el efecto principal del bautismo, particularmente, la gracia que persona los pecados. Es enseñanza de la Iglesia Católica que cuando el bautismo de agua llega a ser una imposibilidad física o moral, la vida eterna puede ser obtenida por el bautismo por deseo o el bautismo de la sangre.
Bautismo por Deseo
El Bautismo por Deseo (baptismus flaminis) es una perfecta contrición de corazón, y cada acto de perfecta caridad o amor puro de Dios que contiene, al menos implícitamente, un deseo (votum) del bautismo. La palabra latina flamen se utiliza debido a que Flamenes un nombre para el Espíritu Santo, cuyo oficio especial es mover el corazón hacia el amor a Dios y concebir la penitencia por los pecados. El «bautismo del Espíritu Santo» es un término empleado en el tercer siglo por el autor anónimo del libro «De Rebaptismate». La eficacia de este bautismo por deseo para suplir el lugar del bautismo por agua, en cuanto a su efecto principal, es probada por las palabras de Cristo. Después que Él declaró la necesidad del bautismo (Juan, xiv), Él prometió gracia justificante por actos de caridad o perfecta contrición (Juan, xiv): «Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él». Ya que estos textos declaran que la gracia justificante se concede por cuenta de los actos de perfecta caridad o contrición, es evidente que estos actos suplen la gracia del bautismo en cuanto a su efecto principal, el perdón de los pecados. Esta doctrina se establece claramente en el Concilio de Trento. En la sesión catorce (cap. iv) el concilio enseña que la contrición es perfeccionada en ocasiones por la caridad, y reconcilia al hombre con Dios, antes de recibir el Sacramento de la Penitencia. En el capítulo cuarto de la sexta sesión, al hablar de la necesidad del bautismo, dice que los hombres no pueden obtener justicia original «salvo por el lavado de regeneración o su deseo» (voto). La misma doctrina es enseñada por el Papa Inocencio III (cap. Debitum, iv, De Bapt.), y las propuestas en contrario son condenadas por los Papas Pío V y Gregorio XII, al prescribir las propuestas 31 y 33 de Baius.
Ya hemos hecho alusión a la oración fúnebre pronunciada por San Ambrosio sobre el Emperador Valentiniano II, un catecúmeno. La doctrina del bautismo por deseo se establece aquí con claridad. San Ambrosio pregunta: «¿No obtuvo la gracia que deseaba? ¿No obtuvo lo que pidió? Ciertamente lo obtuvo porque lo pidió». San Agustín (IV, De Bapt., xxii) y San Bernardo (Ep. Ixxvii, ad H. de S. Victore) discurre en forma similar en el mismo sentido en cuanto al bautismo por deseo. Si se dice que esta doctrina contradice la ley universal de bautismo hecha por Cristo (Juan, iii), la respuesta es que el dador de la ley ha hecho una excepción (Juan, xiv) a favor de aquellos que tienen el bautismo por deseo. Tampoco sería consecuencia de esta doctrina que una persona justificada por el bautismo por deseo sería por tanto dispensada de buscar después el bautismo de agua cuando esto fuera una posibilidad. Pues, como ya ha sido explicado, el baptismus flaminis contiene el votum de recibir el baptismus aquæ. Es cierto que algunos de los Padres de la Iglesia acusan severamente a aquellos que se contentan con el deseo de recibir el sacramento de regeneración, pero hablan de catecúmenos que por voluntad propia demoran la recepción del bautismo por motivos de poco valor. Por último, debe notarse que sólo los adultos son capaces de recibir el bautismo por deseo.
(2) Bautismo de Sangre
El bautismo de sangre (baptismus sanquinis) es la obtención de la gracia de justificación al sufrir el martirio por la fe de Cristo. El término «lavado de sangre» (lavacrum sanguinis) es empleado por Tertuliano (De Bapt., xvi) para distinguir esta especie de regeneración del «lavado con agua» (lavacrum aquæ). «Tenemos un segundo lavado», dice «que el uno y el mismo [que el primero], en particular el lavado de sangre». San Cipriano (Ep. Ixxiii) habla del «más glorioso y gran bautismo de sangre» (sanguinis baptismus). San Agustín (De Civ. Dei, XIII, vii) dice: «Cuando cualquiera muere por confesar a Cristo sin haber recibido el lavado de regeneración, vale tanto para el perdón de los pecados como si hubiesen sido lavados en la fuente sagrada del bautismo». La Iglesia fundamenta su creencia en la eficacia del bautismo de sangre en el hecho de que Cristo declara sobre el poder salvador del martirio en el décimo capítulo de San Mateo: «Por todo aquel que se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos» (v. 32); y: «El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará» (v. 39). Se señala que estos textos son tan amplios que incluyen aún a los infantes, especialmente el último texto. Que el texto anterior también se aplica a ellos, ha sido constantemente sostenido por los Padres, quienes declaran que si los infantes no pueden confesar a Cristo con su boca, pueden hacerlo de hecho. Tertuliano (Adv. Valent., ii) habla de la matanza de infantes por Herodes como mártires, y ésta ha sido la enseñanza constante de la Iglesia. Otra evidencia del pensamiento de la Iglesia en cuanto a la eficacia del bautismo de sangre se encuentra en el hecho de que nunca ora por los mártires. Su opinión es bien expresada por San Agustín (Tr. Icciv en Joan.): «Lastima a un mártir que pide por él». Esto demuestra que se cree que el martirio perdona todos los pecados y todo castigo debido al pecado. Los teólogos posteriores comúnmente sostienen que el bautismo de sangre justifica a los mártires adultos, independientemente de un acto de caridad o perfecta contrición, y, como si fuera, ex opere operato, aunque por supuesto, deben tener arrepentimiento por pecados anteriores. La razón es que si se requiriera en el martirio la perfecta caridad o contrición, la distinción entre el bautismo de sangre y el bautismo por deseo sería inútil. Lo que es más, como debe concederse que los mártires infantes son justificados sin un acto de caridad, del cual son incapaces, no hay razón sólida para negarle el mismo privilegio a los adultos. (Cf. Suárez, De Bapt., disp. xxxix.)
Efectos que produce el bautismo en quienes lo reciben
a) Borra el pecado original. El bautismo perdona y destruye el pecado original con el que todos nacemos; cuando el que se bautiza es adulto borra también los pecados personales así como la pena por ellos debida, y si el recién bautizado muriese, iría directamente al Cielo.
b) Se infunde la gracia santificante. Por el sacramento del bautismo Dios infunde en el alma la gracia santificante -que es una participación de la naturaleza divina- junto con las virtudes teologales y los dones del Espíritu Santo. Con estos dones el alma se hace dócil y pronta a los impulsos del Espíritu Santo. Por la gracia, Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo establecen su morada en el alma, que es templo del Espíritu Santo.
c) Confiere carácter sacramental. El otro efecto del bautismo es el carácter, es decir, cierta señal espiritual e imborrable, que explica el que este sacramento sólo se pueda recibir una vez. El carácter bautismal nos configura a Cristo, nos da una participación de su sacerdocio, nos capacita para continuar en el mundo su misión como fieles discípulos suyos, y nos distingue de los infieles.
d) Incorpora a Jesucristo. Tanto la gracia como el carácter son efectos sobrenaturales del bautismo, que nos unen a Cristo como se unen los miembros con la cabeza. Cristo es nuestra Cabeza y el carácter nos vincula a El para siempre, mientras que la gracia nos hace miembros vivos.
e) Incorpora a la Iglesia. Por el bautismo nos convertimos en miembros de la Iglesia, con derecho a participar en la Sagrada Eucaristía y a recibir los demás sacramentos; sin estar bautizado no se puede recibir ningún otro sacramento. La Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo, y el sacramento nos incorpora a Cristo, que es la Cabeza, y a su Cuerpo, que es la Iglesia.
Espero les sea de utilidad
Bendiciones en Cristo y María Santísima Theotokos
Fuentes
http://www.apologeticacatolica.org/Bautismo/Bautismo11.htm