https://www.gotquestions.org/Espanol/bautismo-1-pedro-3-21.htmlHoy en día los temas doctrinales ya manejan una pedagogía propia debido a la pluralidad de conceptos provenientes de las diferentes denominaciones religiosas. Ya existen preguntas marcadas que van hilvanando toda la explicación de alguna doctrina.
El Bautismo no es la excepción; ya se manejan ciertas preguntas generales para visualizar el tipo de iglesia que las predica. Un cuadro comparativo es el siguiente:
CATOLICO PROTESTANTE*
Es un sacramento Es un símbolo
Es necesario para la salvación Se da para los salvos
Se administra a cualquier edad Solo para adultos
Puede ser por aspersión Solo por inmersión
Perdona el pecado original No perdona nada
* Se agrupan los movimientos neoevangélicos
Con los anteriores puntos, podemos hacer un pequeño estudio doctrinal sobre el tema.
El Bautismo según los católicos, es uno de los siete sacramentos instituidos por Nuestro Señor Jesucristo. Pero ¿Qué es un sacramento?
1. BAUTISMO COMO SACRAMENTO
Un sacramento es un signo eficaz de la gracia de Cristo[1] para salvar a la humanidad. Estos signos que han sido dados por Jesús, son administrados en la Iglesia Católica, con el único fin de ser instrumentos de salvación y santificación para los fieles. Cristo dejó un signo visible, en el caso del Bautismo es el agua[2]. Esta práctica del agua no es originaria del Cristianismo ni del Judaísmo, pero no por eso diremos que tiene un estricto sentido pagano; es más bien toda la prefiguración que muestran las Sagradas Escrituras referentes al bautismo, las que llevan a que el agua sea el signo central de este sacramento, remarcado por el nuevo valor que Nuestro Señor Jesucristo le da al mismo.
Como sacramento, el Bautismo, debe estar sellado por el Espíritu Santo, quien confirma que esta gracia de Cristo es auténtica y produce una santificación interior que acerca al bautizado mas a Dios. Lo importante para entender al Bautismo como sacramento es verlo como esa puerta que Cristo nos abre para entrar a una nueva vida, la vida en el Espíritu[3]. Esta vida que se va desarrollando con el pasar de los años requiere de los otros sacramentos para ser plena.
¿Es necesario nacer de nuevo?
Entender el por qué el Bautismo es la puerta a una nueva vida, a la cual debemos entrar para salvarnos, nos lleva a preguntarnos por nuestro nuevo nacimiento. El Bautismo como don de Cristo opera en nosotros una transformación interior, debido a esa gracia derramada por la misericordia de Dios. Esta transformación es el nuevo nacimiento que estamos viviendo. Una vida que deja atrás la mancha del pecado original.
Jesús inmortalizó el mandato de nacer de nuevo en el pasaje con Nicodemo, en el Evangelio de Juan[4]. Cristo explica que es necesario nacer de nuevo para ver el Reino de Dios. Se debe entender bien lo que Cristo quiso decir; la palabra “anotheo” puede entenderse como “nacer de nuevo o nacer de arriba”, en todo caso la expresión está indicando que el nacimiento viene del Espíritu Santo. Nicodemo entendió un nacimiento “de nuevo” por lo que pregunta a Jesús:
«¿Cómo un hombre puede nacer cuando ya es viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el seno de su madre y volver a nacer?» (Jn 3, 4)
pero Jesús se refería al nacimiento que producía el Espíritu Santo que desciende así como descendió sobre Él. Y Jesús resaltará dos elementos: el agua y el Espíritu, uno puesto por el hombre y otro puesto por Dios, de aquí que resulte muy difícil pensar en algo simbólico pues ni el agua ni el Espíritu Santo son simbólicos. En conclusión, nacer de nuevo está asociado al agua y el Espíritu.
Ahora, ¿Cómo entender esto del agua? Obviamente que Cristo estaba haciendo alusión al Bautismo en este texto. La palabra “bautismo” viene del griego baptizo que significa “sumergir” y designa el baño que se aplicaba a la mayoría de ritos antiguos, en donde el sumergido se lavaba de sus pecados y quedaba regenerado[5].
No es algo imaginario, autosugestionado, requiere de unos elementos distintivos que operan en el sacramento: materia, forma, ministro y receptor. Para el caso del Bautismo tenemos:
- Materia: agua
- Forma: Las palabras del Ministro: Yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
- Sujeto: Es la persona que va a ser bautizada
- Ministro: Es la persona que bautiza, sea Obispo, sacerdote o diácono, o incluso en caso de grave peligro, cualquier laico bautizado.
Punto protestante
Los protestantes no ven problemas en que este texto utilice el termino “nacer de nuevo”. Para ellos, esto no implica una transformación interior operada por un signo externo como el agua en el Espíritu, siendo sólo una mera profesión de fe.
Los protestantes utilizan un texto bíblico para reducir este nuevo nacimiento a “recibir la Palabra de Dios”:
“Ya que han nacido esta vez, no de semilla corruptible, sino de la palabra incorruptible de Dios que vive y permanece”[6]
Ellos asocian “nacer de nuevo” con “recibir la Palabra”; pero leyendo los versos posteriores encontramos:
“Esta palabra es el Evangelio que se les ha anunciado a ustedes”[7]
¿Cómo hacer entender a un protestante que este texto no va en contra de la doctrina católica del Bautismo?
En la época primitiva, una persona no decidía bautizarse porque se le ocurriera, ni siquiera en la época de Juan; bien dice San Marcos: “Allí predicaba bautismo y conversión[8]”. Juan PREDICABA, y esa predicación movía el corazón del oyente para buscar el Bautismo. Bien se podría decir que el Bautismo sólo era la mera profesión de fe obrada por la Palabra de Dios, que se mostraba públicamente en el Bautismo, pero las características de este sacramento mostradas en Hechos de los Apóstoles nos muestra que no era así de sencillo, y que el Bautismo era mas que una profesión pública de fe. Mas bien debemos decir que la predicación movía al oyente a buscar la salvación, salvación que se abría con la puerta del Bautismo.
Los Hechos de los Apóstoles nos muestran ejemplos veraces sobre como al oír la predicación, el oyente recibía el Bautismo como sacramento necesario para la salvación:
- En el capítulo 2, al oír predicar a Pedro, el pueblo pregunta: “Que tenemos que hacer?[9]” Esta pregunta se puede entender como el paso siguiente a una predicación, que me está impulsando a buscar la vida eterna. Y bien que responde Pedro: “Háganse bautizar en el nombre de Jesús[10]
- En el capítulo 8, Felipe predica en Samaria, la Palabra de Dios, y esta dice: “Tanto los hombres como las mujeres creyeron y empezaron a bautizarse[11]” Se observa que es inmediata la búsqueda del Bautismo, pues el cristiano ve en ello la puerta que le abre el camino de la salvación. Hoy en día, muchos protestantes pasan hasta años sin decidirse sobre el Bautismo, pues no lo ven como algo necesario; sólo como un signo externo. Por ejemplo un pastor evangélico expone:
«El bautismo es una ordenanza de Dios dada a la iglesia del Nuevo Testamento. Simboliza que el destinatario ha sido sepultado y resucitado con Cristo, y sirve como profesión pública de fe y la admisión en la comunidad de la iglesia local» (ver enlace)
Otra página evangélica expresa:
«El bautismo en agua es el testimonio visible de su fe y la salvación que le fue dada en respuesta a esa fe» (ver enlace)
- En el capítulo 10, Pedro va a Cesárea y bautiza a Cornelio. Este bautismo en el Espíritu Santo se confirmó “sobre todos los que escuchaban la Palabra[12]”. Cuando Pedro cuenta lo ocurrido, muy bien dice el texto: “Entonces me acordé de la Palabra del Señor, que dijo: Juan Bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo[13]”
- En el capítulo 16, el carcelero le pregunta a Pablo: “¿qué debo hacer para ser salvo? Pablo le responde: “Cree en el Señor Jesús y serás salvo tú y tu familia[14]”. Dice la Biblia que le anunciaron la Palabra y “sin más demora se bautizó con su familia.
Con los ejemplos anteriores, se puede analizar que después de la predicación venía el Bautismo, como el sello que lleva al cristiano a la salvación. Pero no se puede pensar que por el simple hecho de estar bautizado sin llevar una vida cristiana, se pueda ser salvo; el mismo Bautismo debe llevar a la persona a buscar la santidad de vida, por la gracia recibida. Hago la salvedad que no es mandatorio que el Bautismo siempre sea inmediato, pues la misma Iglesia en el Catecismo expone:
Desde los tiempos apostólicos, para llegar a ser cristiano se sigue un camino y una iniciación que consta de varias etapas. Este camino puede ser recorrido rápida o lentamente. Y comprende siempre algunos elementos esenciales: el anuncio de la Palabra, la acogida del Evangelio que lleva a la conversión, la profesión de fe, el Bautismo, la efusión del Espíritu Santo, el acceso a la comunión eucarística. [CIC 1229]
Pero si es respuesta de acogida a la Palabra anunciada.
Cristo en el evangelio de Mateo realza el papel del Bautismo cuando le dice a sus Apóstoles que bauticen A TODAS LAS NACIONES, en el nombre del Padre, Hijo y del Espíritu Santo. En conclusión, la muestra bíblica no puede separar lo que es la predicación de lo que es el bautismo.
2. BAUTISMO NECESARIO PARA LA SALVACIÓN
Jesucristo al final del Evangelio de San Marcos nos hará ver la importancia del Bautismo: “el que crea y SE BAUTICE se salvará[15]” El mismo Señor coloca el mandato del Bautismo como algo obligatorio para aspirar a la salvación.
Una persona puede pensar ¿Cómo es posible que si no me bautizo no me salvo?; yo me salvo es si tengo fe no se me bautizo. La verdad bíblica opina diferente, además, se aclara que el Bautismo no es un amuleto para salvarse; Jesús bien dice: el que CREA y se BAUTICE. Son dos cosas importantes, ya que si alguien se bautiza y nunca mas vive su fe cristiana, podrá tener mucho Bautismo que no se salvará porque morirá en pecado mortal. El Catecismo de la Iglesia Católica dice: “Dios ha vinculado la salvación al sacramento del Bautismo, pero su intervención salvífica no queda reducida a los sacramentos[16]”
Algo importante sobre la necesidad del Bautismo se refiere a quienes lo reciben. Ya se vio que en la Palabra, se bautizaban los que habían creído. De allí se debe tener claro, que aquellos que nunca fueron evangelizados y no se bautizaron no pueden ser condenados por no ser bautizados. El Catecismo dirá al respecto: “El Bautismo es necesario para la salvación, en aquellos a los que el Evangelio ha sido anunciado y HAN TENIDO LA POSIBILIDAD de pedir este sacramento”. Esto lleva a que la Iglesia tenga presente su labor misionera; no pueda juzgar a los no bautizados, si nunca ha ido a predicarles a Jesucristo.
El mismo Evangelio de Juan dirá: “En verdad te digo: el que no nace del agua y del Espíritu no podrá ver el Reino de Dios”[17] Los textos nos muestran en boca del mismo Jesús esta necesidad del Bautismo para entrar en el Reino de Dios.
Otro texto sobre la necesidad del Bautismo es este:
Ustedes reconocen en esto la figura del BAUTISMO QUE AHORA LOS SALVA; no esperaban(1 Pe 3, 21)
Esta cita es importante porque muestra el arca de Noé como ejemplo de salvación de lo que logra el Bautismo. Los que estaban en el arca se salvaron a través del agua, los creyentes dan el paso de la muerte a la vida en Cristo a través del agua. Pero para tratar de desligar la cita o cambiar su sentido, encontramos respuestas del tipo:
Pedro es cuidadoso de informar a sus lectores que él no está enseñando la regeneración bautismal, esto es, que una persona que se somete al bautismo es regenerada, porque él dice, “no quitando las inmundicias de la carne.” El bautismo, explica Pedro, no lava la suciedad de la carne, ya sea en sentido literal, como un baño para el cuerpo, o en sentido metafórico, como una limpieza del alma. Ninguna ceremonia afecta realmente la conciencia. Sino que él define a lo que se refiere por salvación, en las palabras “la aspiración de una buena conciencia hacia Dios,” y explica cómo esto es realizado, es decir, “por la resurrección de Jesucristo,” en la que el creyente pecador es identificado con Él en esa resurrección.”
¿Qué fue lo que pasó en la historia del hombre como para que Dios considere que el Bautismo es necesario?
El pecado original
El libro del Génesis nos relata en su tercer capítulo como entró el pecado en la humanidad. El pecado no viene de Dios, así que alguien debió introducir la cizaña.: Satanás, que se reveló contra Dios, se dispuso desde el inicio de acabar con su plan de salvación. Dios que sabe lo que conviene al hombre, prohibió comer del árbol del bien y el mal[18]. La Palabra dice que la serpiente desmintió a Dios: “No es cierto que morirán. Es que Dios sabe muy bien que el día que coman de él, se les abrirán a ustedes los ojos; entonces serán como dioses y conocerán lo que es bueno y es malo.”[19] Aquí se ve a Satanás mintiendo y llevando a Eva hacer lo que Dios le prohibió: ESE ES EL PECADO. Cuando pecamos estamos transgrediendo la voluntad de Dios[20].
El pecado llevó al hombre a la codicia, a creer que no necesitaba de Dios y que él podía reemplazarlo. Dios había puesto a Adán como señor de la creación(Gn 1, 28) pero al dejarse llevar por el pecado dejó de lograr lo que codició y además perdió lo que ya tenía.
Ese pecado llevó a Eva a culpar a la serpiente, y llevó a Adán a culpar a Eva. El pecado es cobarde, pues cuando lo hacemos, hay una voz interior que nos recuerda que eso que hicimos desagradó a Dios. Esa voz la escucharon Adán y Eva: “Dónde estas?. ¿Quién te ha hecho ver que estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol que te prohibí?[21]
Este hecho de desobediencia generó consecuencias desastrosas para la humanidad: “Y le echó el Señor Dios del paraíso”. Desde ese momento estamos apartados de la gracia de Dios en nuestro nacimiento.
Pablo es muy claro cuando compara a Adán con Cristo. Cristo viene a traer la salvación que entró por Adán y que se propagó a toda la humanidad[22]. El salmo mostrará al hombre, pecador desde el vientre de su madre[23]: “Mira, pues, que fui concebido en iniquidad y mi madre me concibió en pecado”. Así que nacemos en pecado; el Catecismo de la Iglesia expresa: Es un pecado que será transmitido por propagación a toda la humanidad, es decir, por la transmisión de una naturaleza humana privada de la santidad y de la justicia originales. Por eso, el pecado original es llamado “pecado” de manera análoga: es un pecado contraído no cometido.[24].
De lo anterior se puede ver, como toda persona cristiana debe bautizarse para aspirar a la salvación, ya que nace en un estado caído, falto de la gracia de Dios. El Bautismo como sacramento borra este pecado original, y nos trae una serie de beneficios espirituales.
PREFIGURADO DEL ANTIGUO TESTAMENTO
Ya se ha dicho que los ritos de bautismo venían desde mucho antes del Cristianismo, pero que el sentido de este acontecimiento estaba presente en el Antiguo Testamento. En este Testamento podemos encontrar dos clases de prefiguraciones, una explícita que se basa en la circuncisión, y otras implícitas, que van proyectando su relación con el Bautismo.
La Circuncisión (El Bautismo del Antiguo Testamento)
No cabe duda que la Circuncisión judía es una muestra clara del sentido que iba a tomar el Bautismo con Cristo.
La circuncisión era un rito que tenían los judíos por el cual, los hombres, se cortaban el prepucio como signo del pacto que estaban haciendo con Yahvé, que se apartaban de lo externo y lo impuro. El Génesis dice al respecto[25]: “Circuncidareis vuestra carne, en señal de la alianza contraída entre mí y vosotros. La circuncisión era una señal externa sobre el pacto entre Dios y Abrahán. Esta circuncisión producía una serie de privilegios:
· El circuncidado hacía parte del pueblo de Dios
· Es reconocido como hijo de Abrahán
· El circuncidado vivía las promesas de Dios
Si una persona no era circuncidada no hacía parte del pueblo, así como por el Bautismo y sólo por él, nos hacemos “hijos”, y dejamos de ser sólo creaturas.
Hay una relación importante entre Bautismo y Circuncisión mostrada por San Pablo en su carta a los Colosenses:
“En Cristo recibieron una circuncisión no humana, no quirúrgica, que los despojó enteramente del cuerpo carnal. Esta circuncisión de Cristo es el bautismo en el cual fueron sepultados con Cristo” (Col 2, 11-12a). Si la prefiguración se aplicaba a los recién nacidos, mucho más la realidad cristiana.
Un punto importante para notar lo que logra el Bautismo visto desde la circuncisión lo presenta Jeremías, cuando predica contra los judíos por no haber “circuncidado su corazón”. El Señor no esperaba simplemente un acto externo, sino que ese acto fuera reflejo de la verdadera circuncisión interna, alejando de las cosas desagradables a Dios. En el Bautismo, ese cambio viene ya no como mérito humano sino como don de Dios. Esto confunde a los protestantes, quienes ven la necesidad de que la persona adulta haga su acto de fe, creyendo que el valor del Bautismo radica en el hombre y no que más bien es un don divino de Cristo para abrirnos las puertas de la salvación.
En la circuncisión, el bebe no entendía lo que era la circuncisión del corazón, pero estaba en la obligación de los padres guiarlo por la Ley para que al crecer, esa persona, sirviera de corazón a Dios.
Otras prefiguraciones del Bautismo
El Antiguo Testamento es rico en figuras del Bautismo:
· Comenzando por el Génesis vemos que “el Espíritu de Dios revoloteaba sobre las aguas”(Gn 1, 2) mostrando los dos elementos del Bautismo de los que nos habló Jesús: agua y Espíritu.
· El relato del diluvio es figura del Bautismo. El agua borró el pecado de la humanidad (Gn 6, 7), los que estaban en el Arca de Noé eran salvos así como los bautizados estamos sobre la barca de Jesucristo. Dios estableció un nuevo pacto con el hombre (Gn 9, 11). En el Nuevo Testamento, Pedro mostrará el diluvio como figura del Bautismo[26]. Es el paso de la muerte a la vida; en el diluvio se dio una nueva creación, y por el Bautismo tenemos un nuevo nacimiento en el Espíritu Santo.
· El paso por el mar Rojo es otra figura del Bautismo (Ex 14, 21). En este caso, el Bautismo nos abre el camino para llegar a la libertad en Dios; es un momento en que la misericordia del Señor se abre como las aguas del mar y logramos pasar de la oscuridad a la luz, dejando atrás todo aquello ajeno a Dios y que nos venía privando de la gracia.
Pablo en su carta a los Corintios[27] citará este paso como un bautismo: “Todos estuvieron bajo la nube y todos atravesaron el mar. Todos recibieron ese BAUTISMO de la nube y del mar, para que así fueran el pueblo de Moisés”. Así mismo, con el Bautismo no somos del pueblo de Moisés sino de Cristo.
· Isaías en su libro dirá[28]: “Lavaos,, pues, purificaos, apartad de mis ojos la malignidad de vuestros pensamientos, cesad de obrar mal”. Esta cita tajantemente exalta el Bautismo al hacer alusión al agua. Muchos podrían pensar que simplemente es una figura que invita al cambio de vida, pero la verdad es que Jesús invita al cambio de vida sin necesidad de mencionar el agua[29] . Esta mención lleva el mismo esquema de Hch 2, 38: “Haced penitencia y sea bautizado cada uno de nosotros en el nombre de Jesucristo para remisión de los pecados”
· En el pasaje de Eliseo y Naamán[30] se puede constatar que el agua, el mandato de Eliseo, Y Eliseo mismo produjeron la sanación de Naamán. Están presentes los tres signos del sacramento[31] y muestran que el agua sirvió de instrumento para que Naamán quedara limpio. El texto dirá que su carne quedó como la de un niño tierno; el Bautismo hace ese efecto en nosotros, nos deja limpios de toda lepra vieja, nos regala una nueva carne, nueva creación de Dios obrada en el Espíritu Santo.
· Hasta el mismo bautismo de Juan es considerado una figura del Bautismo de Cristo pero no su prólogo. “El bautismo de Juan era el bautismo judío que era solamente un rito exterior que no purifica interiormente. Todo buen judío, como Jesús, lo hacía”[32]. Utiliza el mismo signo del agua para simbolizar la purificación; él mismo dirá: “Yo a la verdad os bautizo con agua para moveros a la penitencia”[33]Este bautismo que se recibía en el río Jordán estimulaba a la persona a cambiar de vida para esperar el Reino de Dios; muy distinto fue lo que hizo Jesús, que ve el Bautismo no como una espera figurada sino como la culminación perfecta de que el Reino de Dios está entre nosotros.
3. EL BAUTISMO QUE RECIBIÓ CRISTO
El Bautismo que recibió Cristo fue una señal dada a su pueblo. En Israel, Mesías significa ungido, y así se designaban a los reyes, sacerdotes y profetas. El pueblo era consciente que a través de las Escrituras se veía la venida de un Mesías traedor de libertad. Quien se designaba ungido debía recibir una consagración pública visible que sellará esa unción. Es así como vemos a Moisés ungiendo a Aarón con el óleo santo(Ex 29, 7); a Samuel ungiendo a Saul como rey(1 Sam 10, 1). En Cristo la unción no se va a realizar con óleo sino con el Espíritu Santo en su bautismo. Entonces, se ve que Cristo usa este acto simbólico como forma de recibir esa unción públicamente, para ser reconocido como Mesías. El problema es que el pueblo no distingue en este bautismo la señal de Dios sobre la llegada de un Mesías. Hasta el mismo Juan se niega a bautizar a Cristo[34] pero Jesús le hace ver la necesidad de esto.
Entrando propiamente al acto mismo del Bautismo, se aprecia que predomina la mentalidad judía de conversión o cambio de vida, de lo cual Cristo no tiene necesidad, ya que Él tiene al Espíritu Santo desde siempre. Como este bautismo movía a la penitencia no era lógico aplicarlo a los infantes; aunque Cristo lo recibe adulto porque es de adulto que va a ejercer su ministerio. No imagino a Cristo bautizándose de niño y luego buscando doce niños apóstoles para predicar el Reino de Dios ¿Alguien le haría caso a un niño judío?
Vemos entonces que los frutos del Bautismo cristiano no se aplican al Bautismo que recibió Cristo. Esto sólo se entiende si estos bautismos fueron diferentes: el Bautismo de Cristo es en el Espíritu Santo y el fuego(Mt 3, 11b) mientras que el de Juan era sólo de agua; el Bautismo de Cristo se recibía aceptando el mensaje de salvación de los Apóstoles mientras que el de Juan movía a los judíos a cambiar de actitud.
Entonces, el argumento protestante sobre la edad en que se debe recibir el Bautismo queda anulado entendiendo los factores sociales y religiosos que llevaron a Jesús a bautizarse CON EL BAUTISMO DE JUAN, NO CON EL CRISTIANO.
Otro argumento en base al Bautismo que recibió Cristo es que debe ser por inmersión; estos argumentos se explicarán a continuación.
4. EL BAUTISMO EN EL NUEVO TESTAMENTO
El desarrollo de este tema no consiste en enumerar todas las citas que del Nuevo Testamento se refieren al Bautismo; mas bien es mostrar como las Sagradas Escrituras respaldan la doctrina católica del Bautismo.
Los Evangelios
Los Evangelios esbozan el Bautismo de una forma muy notoria a través de las palabras de Jesús. Cada Evangelio hace un aporte importante a este sacramento
Mateo. Mateo, como evangelista dedicado a mostrar el cumplimiento de la antigua alianza en Jesús, coloca a Juan predicando Bautismo y conversión, para luego bautizarlo a Él.
Las palabras del Padre: “Este es mi hijo amado, en quien he puesto mi complacencia” nos dejan ver la confirmación de Dios sobre la unción y el ministerio público que Cristo acaba de recibir.
Este ministerio alcanza su cumbre máxima cuando el Resucitado aparece en forma gloriosa dando el mandato a sus Apóstoles de “Bautizar a todas las naciones en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”[35]
Ya el hecho de colocar las palabras para bautizar rompe el continuismo del Bautismo de Juan y muestra que hay un nuevo Bautismo, un nuevo nacimiento a la gracia. La fórmula trinitaria que sólo utiliza Mateo parece recalcarle al pueblo judío que Cristo y su Iglesia vienen a ser el Israel espiritual, al que ya no se entrará por circuncisión humana sino por don gratuito de Dios a través del Bautismo cristiano.
Marcos. Para Marcos el Bautismo encierra un gran misterio cristiano, que lo lleva a abrir su Evangelio con este acontecimiento[36] y cerrarlo con el mismo[37]. Marcos ve el Bautismo como un signo trascendental que rompe las barreras culturales de la circuncisión, llevando el mensaje verdadero que el Bautismo debe ir acompañado de una fe verdadera en el creyente, para lo cual no hay que ser judío.
Lucas. El Bautismo en Lucas no se explícita tan claro como en los Evangelios anteriores. No hay ninguna palabra de Jesús sobre este tema; esto no desvaloriza el sacramento pues Lucas a lo largo del Evangelio enfocará el cambio de vida, la misericordia de Dios y la acción del Espíritu Santo, todo lo cual rodea al Bautismo. Se puede decir que Lucas rodea el Bautismo sin llegar a él de una forma tangible.
Juan. Este Evangelio desbordará su contenido teológico sobre el Bautismo. En muchos pasajes Juan mostrará el sentido propio de este sacramento. Habiendo pasado por Nicodemo, se puede mencionar el pasaje de la Samaritana(Jn 4) que relata al Espíritu Santo como ese manantial de vida eterna que recibimos en el Bautismo; y también tenemos el momento de la cruz, cuando del costado de Cristo brota agua y sangre[38]. Este hecho simboliza el nacimiento de la nueva Iglesia, el nuevo orden, cuyos pilares serán el agua como materia del Bautismo, y la sangre como materia de la Eucaristía. Estos son las sacramentos fundamentales de la fe católica.
Cuando se escribe este Evangelio(90 D.C) ya han transcurrido 60 años de la muerte del Señor. Para Juan no tiene sentido colocar por boca de Jesús el mismo mandato que Mateo o Marcos; Juan va a un sentido mas profundo, más teológico, con un valor que muestra en el agua del costado esa señal que habla por sí sola. No es necesario que Jesús explique lo que sale de su costado. Ocurre para mostrarle a una Iglesia un poco mas organizada, que el Bautismo que se predica y se recibe no es mandato humano, es propiamente de Cristo mismo, que nos da de sí este don para salvación nuestra.
Para mí era increíble que los Evangelios no colocaran mucha descripción del Bautismo, pero una vez que estuve en una charla dictada por el Instituto Pontificio Bíblico entendí que aunque los sacramentos fueron instituidos por Cristo, habían sido ejercitados por los Apóstoles después de Pentecostés. Esto lleva a entender el por qué Los Hechos y las Cartas de Pablo hablarán mas del Bautismo.
Hechos y San Pablo sobre el Bautismo
Hablar del Bautismo en Hechos y en Pablo, y entenderlo lleva a un enfoque diferente, un enfoque que nos revele como se explica la doctrina del Bautismo en sus puntos mas importantes.
¿El Bautismo borra pecados?
Según los protestantes el Bautismo no opera nada en la persona que lo recibe, sólo culmina un proceso de conversión. Para ellos el Bautismo no borra los pecados pero ¿dice eso la Biblia?
Me sorprendo mas cada día cuando leo las doctrinas neoevangélicas y las comparo con las de Martín Lutero. ¿Cómo pudieron variar tanto las doctrinas desde Lutero hasta nuestra época? De seguro muchos evangélicos hoy día cuando son adoctrinados sobre Martín Lutero no les enseñan lo siguiente:
“Vemos luego más de cerca los beneficios del bautismo así como nuestro Catecismo Menor los presenta.(Este catecismo lo escribió Martín Lutero después de separarse de la Iglesia Católica)
a. En primer lugar dice que el bautismo obra el perdón de los pecados, y este hecho se comprueba en la promesa general. Marcos 16:16. La Sagrada Escritura, sin embargo, también nos lo dice explícitamente. Así en Hechos 2:38 el apóstol les manda a los judíos que deben bautizarse para que tengan el perdón de sus pecados.»
Yo poseo la versión digital del Catecismo de Martín Lutero(tomadas de páginas bautistas y luteranas) y asombra ver como los evangélicos hoy día cambiaron de parecer con respecto al iniciador de la Reforma. Para Martín Lutero es claro cuando expresa del Bautismo: “¿Pero cómo obra el bautismo el perdón de los pecados? Lo aprendemos en el pasaje de Gálatas 3:26,27. En el bautismo nos hemos revestido de Cristo, así como se pone uno la ropa. Si somos bautizados, Cristo ya es nuestro con todo lo que él ha merecido y ganado para nosotros. En el bautismo se nos da Cristo con todo su mérito. Pero Cristo principalmente ha obtenido para nosotros el perdón de los pecados. Así el bautismo obra el perdón de los pecados cuando nos da y hace nuestro el mérito de Cristo.”[39]
De todos modos, la Escritura es clara cuando muestra que el Bautismo servía para remisión de los pecados. En Hechos se observa cuando muchas veces los Apóstoles mandan a bautizar a las personas para que sus pecados sean perdonados. ¿Hay posibilidad que esto se haya entendido mal por dos mil años? La respuesta la da la misma Escritura: si lo que salva sólo es la fe, Pedro tuvo una gran oportunidad de decirlo cuando le preguntaron “que debían hacer”. Eran personas que acaban de oír la predicación de Pedro y que habían sentido un llamado de Dios. Pedro pudo decirles: “crean en Jesús y serán salvos”; o si Pedro pensó en el Bautismo lo hubiera hecho al estilo evangélico: hubiera esperado un proceso de conversión para que luego públicamente estos judíos profesaran su fe. Pero es sorprendente que apenas ellos profesaron su fe en Jesús, Pedro les mostrara el Bautismo como necesidad fundamental para la vida cristiana. Yo no me imagino a ninguna persona que llegando a una iglesia evangélica y aceptando a Jesús le pregunte al pastor: “¿qué debo hacer?, y que el pastor diga: arrepiéntase y bautícese para que sus pecados sean perdonados.
De todo lo anterior podemos transportarnos al hecho mismo sobre el perdón de los pecados.
El pecado es estar muertos a Cristo, muertos a la gracia de Dios. Si el Bautismo sirve para perdón de los pecados, es porque nos lleva a un nuevo estado de gracia; así como cuando un evangélico se confiesa directo con Dios, el cree que sus pecados son borrados y se siente resucitado en Cristo. Eso mismo que él siente, lo siente un católico cuando recibe el Bautismo[40]. La Escritura nos muestra en Pablo, como el Bautismo nos hace participar del misterio de Cristo. En su carta a los Romanos dice:
“No sabéis que cuantos hemos sido bautizados en Jesucristo, lo hemos sido con la representación y en virtud de su muerte? En efecto, en el Bautismo hemos quedado sepultados con Él muriendo al pecado, a fin de que así como Cristo resucitó de muerte a vida para gloria del Padre, así también procedamos nosotros con nuevo tenor de vida. Así ni mas ni menos vosotros considerad que realmente estáis muertos al pecado POR EL BAUTISMO. ”[41]
Después de leer esto surgen varias preguntas:
Si en el Bautismo los cristianos morimos al pecado, quiere decir que los protestantes que se bautizan deben esperar un largo proceso para poder morir al pecado. No es entonces simplemente confesar a Jesús como salvador delante de la Iglesia para ser salvo. De ser así ¿Por qué Pablo dice que EN EL BAUTISMO morimos al pecado? ¿Se contradice la Escritura? Claro que no. Lo que sucede es que el Bautismo verdaderamente nos sepulta con Cristo, y nos hace resucitar con Él. En el Bautismo es que tiene sentido el sacrificio de Cristo, ya que a través de él podemos confiadamente resucitar a una vida nueva, que de no ser por la resurrección de Cristo, esto no lo haría el Bautismo. De igual modo el verso 10 dice que Cristo murió y resucitó una vez, así el Bautismo se recibe una sola vez, ya que hacerlo dos veces es como si el único sacrificio de Cristo no fuera suficiente o no quedó bien hecho. En conclusión, Pablo nos mostrará el Bautismo como tipo del kerigma primitivo, crucificamos el pecado para resucitar por Cristo a una vida nueva. Decir que el Bautismo es un símbolo de profesión pública es decir que tenemos que esperar a este signo para morir al pecado y resucitar con Cristo.
¿Se debe esperar para el Bautismo como hacen los protestantes, en un acto público para profesar su fe?
Suponiendo que sea así tomemos el pasaje de Hch 8, 26-40: Se observa a Felipe conversando con un eunuco etíope(no era cristiano); se encuentra leyendo sobre la Escritura y Felipe le predica sobre Cristo. De seguro era la primera vez que este pagano escuchaba sobre Jesús y lanza una pregunta que seguramente ningún líder protestante contestaría como Felipe: “Qué impedimento hay para que yo sea bautizado? Ninguno, respondió Felipe, si crees de todo corazón. A lo que dijo el eunuco: Yo creo que Jesucristo es el hijo de Dios”[42] Este eunuco no tuvo que ir a hacer discipulados ni pasar un año en la Iglesia para ser bautizado ¿Por qué? Ya respondimos antes: el Bautismo era movido por una palabra escuchada. Pero como la Iglesia primitiva entendía que el Bautismo era necesario para la salvación y que borraba los pecados anteriores NO REPARABA en administrarlo inmediatamente a las personas que mostraban una fe sincera. Pero como hoy día muchos lo buscan como requisitos para casarse o para un trabajo, realmente se requiere que las personas entiendan el valor de lo que van a recibir..
De lo anterior se responde que el Bautismo como puerta para buscar la salvación no era algo que había que llevar un proceso para alcanzarse.
5. ¿EL BAUTISMO NOS REGENERA COMO HIJOS DE DIOS?
Otro punto importante sobre el Bautismo se entiende en este beneficio espiritual que recibimos los bautizados.
Habiendo leído sobre el pecado original entendemos que al nacer estamos destituidos de la gracia, que nuestra alma se encuentra caída a los ojos de Dios, y que por tanto nacemos siendo criaturas.
El Bautismo imprime en nosotros un sello nuevo debido al nacimiento espiritual que tenemos. Nacer del agua y del Espíritu eleva nuestra dignidad a hijos de Dios; ya no es solamente haber sido creados por Dios, sino formar parte ACTIVA de su plan de salvación.
Muchos han pensado: “¿Cómo es posible que Dios nos haya creado sabiendo que nacemos criaturas en pecado? Esta concepción errada ha fortalecido el liberalismo y el ateísmo, que prefieren alejarse de Dios antes de creer en un Dios así.
La realidad sobre esto, es que heredamos una culpa que no cometimos y que Dios no propició, y que por lo tanto Él mismo ha buscado la forma de regenerarnos a través del Bautismo. Entonces, los cristianos afirmamos que así como sin nuestro consentimiento heredamos una culpa, así mismo sin nuestro consentimiento, nos libran de ella.
La regeneración que opera el bautismo se hace más latente estudiando el texto de Cristo y Nicodemo.
Encontramos a Cristo hablando de un nuevo nacimiento. Nicodemo lo entiende como un nacimiento de madre, algo carnal o físico. Cristo le aclara que se refiere a una realidad espiritual que no puede manejarse como algo tangible.
Las palabras de Jesús: “nacer de nuevo o de arriba y relacionarse con el Espíritu, y con la entrada al Reino de Dios, nos permite mostrar la siguiente estructura: Nuevo nacimiento – presencia del Espíritu Santo – Obtención del beneficio.
Podemos incluso ahondar más en la Escritura y analizar como nuestro llamado como hijos de Dios, siempre está conectado con la plenitud que recibimos del Espíritu Santo. Quisiera mostrar un primer texto introductorio:
“Arrepiéntanse, y que cada uno de ustedes se haga bautizar en el nombre de Jesús, el Mesías, para que sus pecados sean perdonados. Entonces recibirán el don del Espíritu Santo.” (Hch 2, 38)
El don del Espíritu Santo se recibe cuando somos bautizados. ¿Sonó muy católico, verdad?
Ahora analicemos los textos en mención:
“Todos aquellos a los que guía el Espíritu de Dios son hijos e hijas de Dios. Entonces no vuelvan al miedo; ustedes no recibieron un espíritu de esclavos sino el espíritu propio de LOS HIJOS, que nos permite decir: ¡Abba!. EL ESPIRITU ASEGURA A NUESTRO ESPIRITU QUE SOMOS HIJOS DE DIOS» (Rom 8,14-16)
Nuestro derecho de hijos de Dios se nos revela por el Espíritu Santo, y este don lo recibimos con el bautismo. De aquí se infiere que el Bautismo nos regenera como hijos de Dios, ya que nos saca de un estado de oscuridad, del miedo para resucitarnos con Cristo.
“Ustedes ahora son hijos, por lo cual Dios ha mandado a nuestros corazones el Espíritu de su propio Hijo que clama al Padre: ¡Abba!, o sea: ¡Papa! De modo que ya no eres esclavo, sino hijo, y siendo hijo, Dios te da la herencia” (Gal 4, 6-7)
Pablo en este texto profundizará mas sobre la dimensión de lo que es tener al Espíritu Santo. Este texto no está aludido directamente al Bautismo pero la linealidad que mantiene con los otros textos mencionados nos puede ayudar a entender que como hijos de Dios recibimos una herencia, debe ser lo que Pablo llama: “derechos de hijos y la redención de nuestro cuerpo”[43] o lo que Cristo dirá: “entrar en el Reino de Dios”[44]. Con esto se entiende que el Bautismo nos anticipa una gracia y nos obtiene una herencia que en el lenguaje paulino no es un beneficio terrenal.
Si miramos los textos anteriores también veremos:
Nuevo nacimiento (regeneración(Ti 3, 4-6), dejar el miedo (Rom 8, 14-16),Dejar de ser esclavo(Gal 4, 6-7) )
Presencia del Espíritu Santo (Nacer del Espíritu) (Jn 3, 5), Espíritu enviado (Gal 4, 6-7)
Obtención del beneficio (herencia(Gal 4, 6-7), Reino de Dios(Jn 3, 5), derechos de hijos(Rom 8,23) )
6. ¿BAUTISMO DE NIÑOS?
Hablar del Bautismo de niños es una secuela de lo que se entiende por Bautismo para los diferentes grupos cristianos, porque si para el católico es un sacramento necesario, los niños lo deben recibir; pero si para el protestante sólo es una profesión pública de fe, los niños no lo deben recibir.
Partiendo de lo anterior queremos mostrar como el plan de salvación de Dios llega a todas las personas sin importar su edad.
Entrando a mirar el Antiguo testamento y desmenuzando un poco la prefiguración del Bautismo por medio de la circuncisión notamos que esta se aplicaba a los niños:
“En adelante y para siempre, todo varón entre ustedes deberá ser circuncidado a los ocho días de nacido, tanto el nacido en tu casa como el extranjero que haya sido comprado” (Gn 17, 12)
Ya explicamos anteriormente los beneficios que obtenía el circuncidado pero recordemos:
Entraba al pueblo judío (Gn 34, 15)
Pactaba Alianza con Yahvé (Jos 5, 9)
Se hacía merecedor de las bendiciones de Yahvé (Deu 7, 11-16)
Y la pregunta es ¿Sabía el recién nacido esto? ¿No era mejor esperar a que él mismo decidiera si quería ser judío o no? La respuesta expresa el designio salvífico de Dios para todas las personas.
Igual ocurre con el Bautismo. Entendiendo que hemos heredado la culpa de Adán, que nosotros no cometimos ni apoyamos, y sin embargo hemos sido arrastrados por culpa del pecado. Que cuando un niño nace no se le pidió permiso para imputarle culpa alguna. De este mismo modo tampoco se le pide permiso para borrarle esta culpa, y adicional darle ciertos beneficios como: hacerlo hijo de Dios, miembro de la Iglesia, recibir al Espíritu Santo.
Cuando Pedro está predicando en Jerusalén, cuentan los Hechos que él dijo:
“Y que cada uno de ustedes se haga bautizar. Entonces recibirán el don del Espíritu Santo. Porque el don de Dios es para ustedes y para sus hijos.”[45] Para nosotros es claro que Pedro no está excluyendo a los niños ya que los abarca en el texto. El Espíritu Santo como don de Dios es para todos, y es claro según el texto que se recibe en el Bautismo.
¿Cómo entonces este don del Espíritu Santo podría ser para los hijos si se recibe es justo por el Bautismo? Un argumento protestante diría: se refiere a los hijos mayores de edad, pero es muy forzado pensar esto ya que Pedro se hubiera ahorrado el término: hijos, generalizando sólo para un público adulto.
Por otro lado, ¿Este don de Dios que reciben los niños(el Espíritu Santo) lo reciben los niños de padres protestantes cuando los presentan al pastor, tratando de continuar con rituales judíos que nada tienen que ver con el Cristianismo?
De seguro que no, así que es mejor seguir a Pedro cuando nos dice que este don recibido en el Bautismo es para los hijos también, que seguir a personas que quieren judaizar el Cristianismo.
Pero es más impresionante cuando leemos a Lutero y Calvino defendiendo el bautismo de infantes, y hoy en día los protestantes lo niegan.
Quiero terminar con un pequeño análisis. Si los protestantes consideran que no es bíblico ni cristiano el bautismo de niños, ¿Por qué entonces los satánicos sólo utilizan para sus ritos niños sin bautizar? ¿Que les hará el Bautismo a estos niños que los imposibilita para ser usados por Satanás? Pues obviamente, que les imprime el sello de hijos de Dios, les borra el pecado original y los llena del Espíritu Santo. En cambio cualquier niño protestante por muy presentado que esté al pastor puede ser fácilmente instrumento para realizar un culto negro.
Que alegría ser católico, y saber que Dios no es excluyente para derramar sus dones desde los más pequeños hasta los más grandes.
[1] COLLANTE JUSTO. La fe de la Iglesia católica. BAC, 1995. Pág.609
[2] Un sacramento debe tener materia, forma y ministro. En el Bautismo el signo externo es la materia: el agua.
[3] Jn 3, 6
[4] Jn 3, 3. 5
[5] Esto se refiere al Bautismo de Juan Bautista. Este bautismo era un símbolo de cambio de vida(Mc 1, 1-12) De allí que los judíos se bautizaran adultos, pues no querían cambiar de vida hasta avanzados de edad. Este Bautismo que se hacía por agua representa bien lo que expresaba Isaías: “Lávense, purifíquense, no me hagan testigos de sus malas acciones, dejen de hacer el mal y aprendan a hacer el bien” (Is 1, 16-17) N.de.A
[6] 1 Pe 1, 23
[7] 1 Pe 1, 25
[8] Mc 1, 4
[9] Hch 2, 37
[10] Hch 2, 38
[11] Hch 8, 12
[12] Hch 10, 44
[13] Hch 11, 16
[14] Hch 16, 31
[15] Mc 16, 16
[16] CIC. Canon 1257, pág. 329
[17] Jn 3, 5
[18] Gn 2, 7
[19] Gn 3, 5
[20] San Agustín
[21] Gn 3, 9b. 11
[22] Rom 5, 12
[23] Sal 50, 7
[24] CIC: 404
[25] Gn 17, 11
[26] 1 Pe 3, 18-21
[27] 1 Cor 10, 2-3
[28] Is 1, 16
[29] Jn 8, 11
[30] 2 Re 5, 14
[31] No se está definiendo que el pasaje mismo revelé lo necesario para que el Bautismo sea sacramento, ni decir que Eliseo bautizó a Naamán como mandó Cristo. Se está mostrando que a partir de la enseñanza del Nuevo Testamento, se ve en este pasaje una prefigura del verdadero Bautismo instituido por Cristo, el cual consta de materia, forma y ministro. N.de.A
[32] Del libro No todo el que dice Señor Señor. Paulinas, 2a ed., México © Daniel Gagnon Version internet: Carlos Alberto Jardón
[33] Mt 3, 11a
[34] Mt 3, 14
[35] Mt 28, 20
[36] Mc 1, 1-11
[37] Mc 16, 16
[38] Jn 19, 34
[39] Catecismo Mayor de Martín Lutero. Cuarta parte principal: El Bautismo
[40] No se puede pensar que el Bautismo nos sirva para perdonar todos los pecados futuros que se cometerán. Ni que suplante el arrepentimiento de nuestras faltas cada vez que pecamos. El Concilio de Trento en su sesión VII, can.10 establece que: si alguno dijere que todos los pecados cometidos después del Bautismo, o se perdonan, o se convierten en veniales, con el solo recuerdo y la fe del bautismo, sea anatema. El Bautismo sirve para borrar los pecados anteriores y para restituir la gracia perdida por el pecado original.
[41] Rom 6, 3-4. 11
[42] Hch 8, 36b-37
[43] Rom 8, 23
[44] Jn 3, 5
[45] Hch 2, 38b-39