La Navidad es una época muy hermosa que vivimos para celebrar el nacimiento de Cristo, nuestro Salvador. Sin embargo, el mundo secular busca copiar, modificar e imponer patrones propios a esta celebración. Por ello, con el paso del tiempo se fue dando lugar a elementos que nada tienen que ver con el sentido cristiano, pero sí plagados de elementos propios en diferentes culturas, sumado a que la Nueva Era fue mezclando estos elementos para darle un sentido peligroso, negando la Revelación de Dios, y mostrando fuerzas cósmicas que colocan al hombre como el centro de todo.
Los norteamericanos con su fuerte influencia, han logrado que países latinos decoren con nieve esta época cuando ni siquiera tienen invierno como estación, y así continúan los renos, duendes y muñecos de nieve. Llega el punto en que lo que la gente asocie con Navidad sea esto. Y en parte la culpa es de los mismos cristianos, que aletargados nos dejamos imponer estas modas y robar el sentido de nuestra celebración.
Apelar a los sentimientos del compartir, del amor, de la fraternidad, pero sin Cristo, es vaciar completamente a la Navidad de su esencia. Es como celebrarle el cumpleaños a alguien pero sin llamarlo, hacerle fiesta sin invitarlo y comprarle el regalo pero dárselo a otro. Eso estamos dejando que ocurra con la Navidad.
Pero es más preocupante el creciente surgir de un elemento llamado “el espíritu de la Navidad”, algo etéreo, invisible que parece que posee a las personas para volverlas buenas en esta época. ¿Existe tal espíritu? El mismo cine norteamericano ha alimentado tal idea con películas que muestran que esos espíritus son los que hacen que las personas le encuentren sentido a la Navidad, representadas como «fantasmas». Mientras la Iglesia nos coloca figuras como el profeta Isaías, San Juan y la Santísima Virgen como modelos en Adviento para prepararnos para la Navidad.
Película «Cuento de Navidad»
Adicionalmente, es influenciado por la Nueva Era y cargada de superstición y espiritismo. Dejemos que las mismas páginas de ellos nos digan a qué llaman el espíritu de la Navidad:
La leyenda, según el ángel Uriel, relata que el espíritu llegó al planeta proveniente de una galaxia lejana y se instaló en la región Norte, en lo que hoy se conoce como la península escandinava.
El espíritu de la Navidad es concebido no como una persona de carne y hueso, a pesar de que la leyenda así lo describe, sino más bien como una energía que viene desde del centro de nuestro sistema estelar y que llega año tras año para repartir, más que cosas materiales, aquello de lo cual los seres humanos no pueden prescindir: paz, amor, armonía y alegría[1].
Como observamos, esto es pura Nueva Era, nada de sentido cristiano y vaciado del papel de Cristo en su venida a este mundo.
Lo peor es lo referente a la forma de atraer al espíritu de la navidad, por medio de pasos que parecen una invocación espiritista usando elementos como[2]:
- Un vaso de agua (en dirección al norte).
- Una piedra (este año una selenita, en el sur).
- Una vela blanca por persona (que encenderemos en el oeste cuando el incienso empiece a echar humo, iniciando así el ritual. Trabajaremos con números impares, que son mágicos. Así, si somos 2, 4, 6 personas… utilizaremos una vela por persona más una maestra para todos. Si somos impares, 3, 5, 7… una vela para cada uno será suficiente).
- Incienso en grano (el que se utiliza en las iglesias, al este) Un carboncillo para quemarlo.
- Papel para escribir la carta
- Una pluma, bolígrafo…
Y de seguro en ignorancia no faltará el que en su casa haga la novena de Navidad, al tiempo que se contamine con estos ritos paganos.
De estos elementos, lo más extraño y tendencioso de todo es que hagan mención del incienso utilizado en la Iglesia. ¿Con qué fin? ¿De mostrar esto como algo en armonía con la fe católica? ¿Y las direcciones de los elementos: norte, sur, oeste, qué sentido tienen? Esto no tiene nada que ver con la fe católica, y si un católico sale hablando del “espíritu de la navidad” simplemente está mezclando la fe con paganismo y superstición.
Incluso, algunos rituales piden que se use esencia de mandarina para frotar las manos antes de pedir a Dios por las necesidades de cada quien. Claro, eso es más fácil que enseñarle a las personas a celebrar la Santa Eucaristía en la Víspera del Nacimiento, que es como verdaderamente ofrecemos a Dios nuestras necesidades.Un católico no practica esos rituales, sino que vive y recibe a Cristo en la Eucaristía.
Para mostrar aun más que este tema del espíritu de la navidad, es un elemento pagano, basta ver la fecha en que supuestamente aparece dicho espíritu:
Quienes creen en la llegada del Espíritu de la Navidad celebran el 21 de diciembre, exactamente entre las 10:00 y las 12:00 de la noche, un ritual para dar su bienvenida[3]
¿Por qué escogen esa fecha? En la página de la National Geographic, nos explican el sentido del 21 de diciembre como el día más corto del año, que marca el solsticio de invierno. Este acontecimiento es celebrado en muchas culturas, asociados a cultos astrales. En muchos países de Europa, el solsticio de invierno se celebraba como el renacimiento del dios del sol, ya que a partir de esta fecha los días se van haciendo más largos[4]. La página en mención expone[5]:
A través de la historia, los humanos han celebrado el solsticio de invierno, esto lo podemos ver en monumentos como Newgrange, en Irlanda, que su planta está diseñada para capturar la luz en este preciso momento.
Las diferentes tribus indoeuropeas, también tenían sus festividades para celebrar este día, así como los romanos, que festejaban Saturnalia, en honor al dios homónimo, y en las jornadas posteriores homenajeaban a Mithra, en honor a la deidad de la luz heredada de los persas.
A día de hoy muchos cultos paganos, celebran la festividad, de hecho, según estudios recientes, numerosos colectivos están volviendo a las raíces y realizando homenajes a este día.
El espíritu de la navidad es un elemento de tradición nórdica, que nada tiene que ver con el sentido auténtico de celebrar el Nacimiento de Cristo. Y lo peor es que busca suplantar el papel de Dios, ha sido la estrategia de la Nueva Era. Sólo podemos observar la oración de bienvenida al espíritu de la navidad para reconocer que se busca tomar el lugar de Dios[6]:
En tu nombre, Presencia Todopoderosa[No se supone que sólo Dios es el Todopoderoso], doy la bienvenida al Santo Espíritu de Navidad[El Espíritu Santo es muy diferente a esto], quien baja a este planeta[Haciendo creer que viene de arriba (cielo)] con la misión de dar. Te saludo, te reconozco y te bendigo[¿Te bendigo? Esto no es de Dios]; te doy las gracias por la maravillosa labor de amor, alegría y paz que realizas[¿Labor? Esto es superstición]
Si aun no se convence, lea esto:
Invoco la ley del perdón, la llama violeta transmutadora y la llama rosa de amor divino
¿Sabe que es la llama violeta transmutadora?
¡El fuego violeta es el regalo supremo de dios [en minúsculas porque no se refieren a nuestro Único Dios] al universo! La llama violeta es una llama física; de entre todas las llamas, la llama violeta esta mas cerca en acción vibratoria de los elementos químicos y los compuestos de la tierra… así, mediante la conciencia del Espíritu Santo[Habrase visto semejante engaño?], la luz del cristo[¿del cristo? Esto es una burla para rebajar al único Cristo que murió por nosotros en la Cruz] se refracta para el uso de la humanidad en los planos de la materia[7]
Creo que no hace falta seguir, para que estimado lector, se dé cuenta que NO existe en la fe católica ningún espíritu de la navidad, y que quien se preste a esto, está entrando en un plano peligroso de superstición y paganismo.
¿Cuál es el verdadero espíritu en Navidad?
El verdadero espíritu es colocar nuestra vida en oración, reflexión y preparación para celebrar la venida de Cristo, nuestro salvador.
Vivir el adviento de manera espiritual, prudente y con la esperanza de pronto celebrar al niño en el pesebre.
En el tiempo de Navidad, la Iglesia celebra el misterio de la manifestación del Señor: su humilde nacimiento en Belén, anunciado a los pastores, primicia de Israel que acoge al Salvador; la manifestación a los Magos, «venidos de Oriente» (Mt 2,1), primicia de los gentiles, que en Jesús recién nacido reconocen y adoran al Cristo Mesías; la teofanía en el río Jordán, donde Jesús fue proclamado por el Padre «hijo predilecto» (Mt 3,17) y comienza públicamente su ministerio mesiánico; el signo realizado en Caná, con el que Jesús «manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él» (Jn 2,11).[8]
[1] http://www.culturizando.com/2012/12/tradiciones-navidenas-el-espiritu-de-la.html
[2] http://www.elarcangel.com/web/espiritu_navidad.php
[3] http://www.culturizando.com/2012/12/tradiciones-navidenas-el-espiritu-de-la.html
[4] http://vidaverde.about.com/od/Ciencia-y-naturaleza/a/Que-Es-El-Solsticio.htm
[5] http://www.nationalgeographic.es/noticias/solsticio-de-invierno
[6] http://www.cunavidad.com/historias-navidad-el-espiritu-de-la-navidad.php
[7] http://www.actosdeamor.com/llamavioleta.htm
[8] http://www.mercaba.org/LITURGIA/Nv/la_navidad.htm