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El dogma de la Inmaculada Concepción de María

Por Jesús Urones

1.-INTRODUCCIÓN

-Quizás el dogma mariano más difícil de justificar bíblicamente y más difícil de entender por los hermanos no católicos es el dogma de la “Inmaculada Concepción de María”, el comprender que María haya sido concebida sin pecado original, es algo que cuesta mucho trabajo de aceptar entre los protestantes.

Trataremos de profundizar más en el dogma mariano, y poder fundamentar bíblicamente como ella fue concebida sin pecado original por la gracia de Dios, pues ese era su plan. El argumento que voy a usar es un argumento que refleja bíblicamente esta posibilidad basado en la analogía y la plausibilidad de este suceso, tomando como base otros ejemplos que vienen en la Biblia, y al encontrarse María en una posición elevada respecto al resto de los mortales es fácil concluir que fue “Concebida sin Pecado Original”.

Es un hecho verídico que la mayor parte de los argumentos usados por los católicos para defender la Inmaculada Concepción de María se basan en el periodo en que estuvo en la Tierra, pocos van más lejos, por eso creo necesario para la apologética católica profundizar en este hecho, para dar una defensa del dogma de la Inmaculada Concepción más profunda y completa.

2.-PREDESTINACIÓN:

Predestinación es la presciencia y preparación de los beneficios de Dios, con los que certísimamente se salvan todos los que se salvan (S. Agustín).

Es el plan de la transmisión de la criatura racional al fin de la vida eterna preexistente en la mente divina (Sto. Tomás).

-La predestinación es el efecto de la providencia especial que Dios tiene sobre las criaturas racionales elevadas al orden sobrenatural. (ángeles y hombres).

Es la cuestión más difícil de toda la Teología católica. Es un misterio insondable que la inteligencia humana jamás penetrará del todo en este mundo. Sólo en el seno de la visión beatífica veremos claramente todo los que Dios ha dispuesto y ordenado maravillosamente como efecto de su amor y de su sabiduría infinitos.

Dios sabe de antemano quienes se han de salvar y quienes se han de condenar, pero tal salvación o condenación no depende del conocimiento precedente de Dios, sino del buen o mal uso que haga el hombre de su libertad que es consecuencia de la inteligencia de que nos ha dotado. Dios no determina la condenación de nadie al infierno.

Creo necesario explicar un poco la doctrina católica de la predestinación para poder entender luego el argumento de “Maria predestinada” en su plenitud:

“Podemos entender por predestinación todo designio eterno de la voluntad de Dios. En un sentido más estricto significaría el designio eterno de la voluntad de Dios de admitir a determinadas criaturas racionales en la bienaventuranza del cielo”.

“Dios por un designio eterno de su voluntad, ha predestinado a determinados hombres a la eterna bienaventuranza”.

El magisterio ordinario y universal de la Iglesia propone esta doctrina como verdad revelada. Los decretos doctrinales del concilio de Trento la presuponen, DZ 805,825,827.

En cuanto a las bases bíblicas que encontramos para hablar de la predestinación podemos citar las más claras:

«Por cuanto nos ha elegido en él antes de la fundación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor«. (Ef 1, 4)

«A él, por quien entramos en herencia, elegidos de antemano según el previo designio del que realiza todo conforme a la decisión de su voluntad» (Ef 1, 11)

«Pues a los que de antemano conoció, también los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que fuera él el primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó a esos también los llamó; y a los que llamó, a esos también los justificó; a los que justificó, a esos también los glorificó» (Rom. 8, 29-30).

«Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la oración del mundo» (Mt. 25, 34).

 «No temas, pequeño rebaño, porque a vuestro Padre le ha parecido bien daros a vosotros el Reino» (Lc. 12, 32).

Como vemos, ciertas personas han sido elegidas y predestinadas por Dios, los cuales fueron llamados y justificados y glorificados. Esta cita de Romanos 8:29-30 nos enseña algo muy importante para el posterior desarrollo del artículo:

“Los que han sido predestinado, los llamó el Señor, los justificó, y los glorificó”.

Es decir que una persona que haya sido predestinada por Dios, tiene pues que haberla él llamado para desarrollar una misión específica, estará justificada y glorificada. Pues bien más adelante veremos como la Santísima Virgen María cumple todas estas condiciones.

Con esta pequeña descripción de la doctrina de la predestinación quiero mostrar como Dios tiene preparado un plan o función para aquellos que él ha elegido desde el inicio, y esto es lo que veremos en el próximo punto.

3.-CASOS BÍBLICOS DE PREDESTINACIÓN:

-Efectivamente podemos encontrar en la Biblia ejemplos de personas fueron predestinadas por Dios, desde el AT y también en el NT lo cual es un buen paso y argumento sólido para defender que Dios haya predestinado a la Madre de su hijo a nacer sin pecado.

Es incomprensible para nosotros lo sublime y tan profunda que puede ser el misterio de la predestinación, pero lo que no es difícil comprender en absoluto es la idea de que para ser un barco magnífico de Dios mismo, es lógico que la Santísima Virgen María habría para ser un ser humano excepcional: de ser, de hecho, no sólo sin pecado (Lucas 1:28), sino que tendría que ser completamente libre de pecado original, desde el momento de su concepción: ser conservados en un acto especial de la gracia de Dios, de todo pecado, sea cual sea: original y /o actual.. Este fue un evento que, obviamente, no tenía nada que ver con su propio merecimiento, ya que fue desde el momento de su concepción.

Ahora debemos hacer alguna conexión entre la concepción de María o (en su defecto), al menos, la santidad de la matriz. Se nos informa (a través de la boca del ángel Gabriel) que está «llena de gracia» y que este Estado estuvo presente en el momento de la Anunciación.

Es cierto que “llena de gracia” KEJARITOMENE se refiere tanto al pasado como al presente y al futuro, es por eso que de aquí se desprende que ella pudo haber estado llena de gracia desde el seno materno. Es un participio presente perfecto del verbo charitoo, lo que denota «la gracia». El participio indica una acción efectuada en el pasado con resultados ya existentes, y un participio presente que indica una acción continua o repetida. Así que significa kecharitomene» ustedes que fueron y siguen siendo plenos y completos en la gracia». Con esto debería ser suficiente para justificar su inmaculada concepción no obstante la predestinación nos puede ayudar a entender esto mucho mejor.

Es bastante fácil encontrar ejemplos de personas santas que han sido santificados y justificados desde el vientre, e incluso (en términos de predestinación de Dios o de la predestinación) desde antes de que se haya concebido. Así que es una idea presentada en la Biblia de la santidad que se imparte incluso antes de nacer, de hecho, incluso antes de la concepción.

Veamos los casos en los cuales una persona es predestinada para un fin desde el vientre materno:

«Le descubrió, pues, todo su corazón, y le djio: Nunca a mi cabeza llegó navaja; porque soy nazareo de Dios desde el vientre de mi madre. Si fuere rapado, mi fuerza se apartará de mí, y me debilitaré y seré como todos los hombres». (Jue 16:17)

Un nazareo era una persona que se separó y fue de especial consagración a Dios: uno que hizo votos especiales que iban más allá de los requisitos ordinarios de la ley. Pero sabemos que Sansón no era sin pecado, de modo que su ejemplo basta sólo para demostrar que el ser llamados por Dios antes de nacer no es desconocido en la Sagrada Escritura.

La misma idea encontramos en Isaías y en Job:

«Oídme, costas, y escuchad, pueblos lejanos. Jehová me llamó desde el vientre, desde las entrañas de mi madre tuvo mi nombre en memoria.

Y puso mi boca como espada aguda, me cubrió con la sombra de su mano; y me puso por saeta bruñida, me guardó en su aljaba; y me dijo: Mi siervo eres, oh Israel, porque en ti me gloriaré.

Pero yo dije: Por demás he trabajado, en vano y sin provecho he consumido mis fuerzas; pero mi causa está delante de Jehová, y mi recompensa con mi Dios.

Ahora pues, dice Jehová, el que me formó desde el vientre para ser su siervo, para hacer volver a él a Jacob y para congregarle a Israel (porque estimado seré en los ojos de Jehová, y el Dios mío será mi fuerza)» (Is 49:1-5)

«El que en el vientre me hizo a mí, ¿no lo hizo a él? ¿Y no nos dispuso uno mismo en la matriz?

Si estorbé el contento de los pobres, E hice desfallecer los ojos de la viuda; 31:17 Si comí mi bocado solo, Y no comió de él el huérfano

(Porque desde mi juventud creció conmigo como con un padre, Y desde el vientre de mi madre fui guía de la viuda)» (Job 31:15-18)

También vemos en la Sagrada Escritura que Dios tiene planes para sus siervos de incluso antes de que fueron concebidos (Dios está fuera de tiempo en el primer lugar):

 «Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre.

Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien.

No fue encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fui formado, Y entretejido en lo más profundo de la tierra.

Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas». (Salmo 139:13-16)

Así, la idea de que una persona es de alguna manera espiritualmente formado y moldeado por Dios y llamadas desde el momento mismo de su concepción (y antes) es un concepto bíblico explícito. Pero podemos producir mucho más que eso: que tienen que ver también con la santidad El profeta Jeremías informó de los planes que Dios tenía para él:

“Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones” (Jer 1:5)

Según la palabra de Jeremías, a quien habían maltratado, a él, consagrado profeta desde el vientre de su madre, = para extirpar =, destruir = y perder = y también = para construir y plantar=.Eclesiástico 49:7

Consagrada» o «santificados» en Jeremías 1:5 es la palabra hebrea quadash (Strong palabra # 6942). Según Gesenius Hebreo-caldeo Enciclopedia del Antiguo Testamento (Grand Rapids, MI: Baker Book House, 1979 de impresión, p. 725), en este caso significaba «declarar a cualquiera santo.» Se aplica este significado de quadash, en los siguientes versículos: para el templo 1 Reyes 9:3 como el poder de santificar de Dios Éxodo 29:42-43, Isaías 5:16.

Así Jeremías fue consagrado o santificado desde el vientre, posiblemente, desde la concepción. Esto es bastante similar a la doctrina de la Inmaculada Concepción. Se aproxima a él.

Sabemos que Jeremías era un hombre muy santo. ¿Era sin pecado?.Tal vez lo fue. Yo no recuerdo haber leído las citas donde se diga que Jeremías pecó.

Sabemos que la Biblia es muy detallista sobre la exposición de los pecados de los profetas o patriarcas o reyes (el adulterio de David, la embriaguez de Noé, el asesinato de Moisés, Isaías labios impuros «, de Elías y lapsus de Jonás de la fe, Tomás el incrédulo, las traiciones de Pedro, Pablo, persecuciones, etc) . Por lo tanto, aunque la falta de dicha cuenta del pecado no demuestra ausencia de pecado, podemos decir que es posible. (Con esto quiero dejar claro que no estoy afirmando que Jeremías no cometiera pecados, sino que es posible que como fue santo desde el seno materno no pecará, es solo una posibilidad pues la Biblia no detalla sus pecados).

Ahora todos estos casos son del AT, ¿encontramos la misma pauta o regla en el NT? bueno observemos que sí se cumple:

«Porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre». (Lc 1:15)

“Y aconteció que cuando oyó Elisabet la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del Espíritu Santo, y exclamó a gran voz, y dijo: Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre.

¿Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí?

Porque tan pronto como llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre”. (Lc 1:41-44)

Sabemos que Juan el Bautista también fue un hombre muy santo. Era sin pecado? No podemos saber a ciencia cierta de los datos bíblicos Yo no recuerdo ninguna mención de un pecado de Juan el Bautista, en la Escritura. Pero sabemos que fue santificado en el vientre. Y que es una forma de analogía plausible a la Inmaculada Concepción.

Por último, San. Pablo también nos dice algo similar:

«Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia, revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles, no consulté en seguida con carne y sangre» (Gal 1:15-16)

Pablo mismo reconoce que él fue apartado desde el vientre de su madre, y llamado por la gracia de Dios para su función o misión. Es decir, Pablo fue predestinado para predicar el Evangelio. Tenemos entonces aquí otro caso de predestinación en el NT.

Siempre que Dios diseños de cualquier persona para un trabajo importante, le otorga a esa persona las gracias y disposiciones necesarias para el fiel cumplimiento de ella.

El profeta Jeremías fue santificado desde su nacimiento debido a que estaba destinado a ser el heraldo de la ley de Dios a los hijos de Israel: «Antes que te formase en el vientre de tu madre te conocí, y antes de que saliste del vientre yo te santifique «(Jeremías 1:5).

Juan el Bautista fue «lleno del Espíritu Santo desde el vientre de su madre» (Lucas 1:15). Fue «una sensación de ardor y una luz brillante» (Juan 5:35) porque él fue elegido para preparar el camino del Señor.

Los Apóstoles recibieron la plenitud de la gracia, que fueron dotados con el don de lenguas y de otros privilegios (Hechos 2) antes de que se inició el trabajo del ministerio.. Por lo tanto St. Paul dice: «Nuestra competencia proviene de Dios, que nos ha hecho encajar los ministros del Nuevo Testamento» (2 Corintios 3:5-6)

No hay quien tenga una posición tan elevada, tan sagrada, como es la posición y función incomunicable de la Madre de Jesús, y no hay nadie, por consiguiente, que necesitaba tan alto grado de santidad como ella.

Porque, si Dios así santificado sus profetas y apóstoles como destinados a ser los portadores de la Palabra de vida, cuánto más debe haber santificado María que ha sido, portadora en su seno del Señor y amamanto al «Autor de la vida» (Hch 3:5) .

Si Dios dijo a sus sacerdotes de la antigüedad: «Sed limpios, los que llevan los vasos del Señor» (Isaías 52:11), es más, si los propios vasos y utensilios utilizados en el servicio divino de los templos debían ser purificados, no podemos concebir que María , que era el instrumento escogido por Dios para traer al mundo a la Redención de la humanidad, no haya sido totalmente pura y sin mancha. ¿Acaso son más las vasijas que María?

Por lo tanto, por analogía, y plausibilidad, basarse en la Biblia muchas referencias, podemos concluir que es «bíblico» y razonables para creer en la fe que María fue concebida inmaculada. Nada en la Biblia se contradice a esta creencia Y es mucho lo que sugiere que varios elementos de la misma, como hemos visto.

Se requiere fe, claro (por supuesto), y los católicos creemos que (entre otras razones) porque es un dogma de la Iglesia, y creemos que Dios guía especialmente a la Santa Madre Iglesia y la conduce a toda verdad, así pues basada en la Biblia, no podemos decir que esta creencia sea irracional.

Su impecabilidad está explícitamente enseñada en Lucas 1:28, así que sólo tenemos que extrapolar la impecabilidad de nuevo en el útero (que es fácil de hacer), y en relación con el pecado original y (no es tan fácil, sin duda, pero no es imposible de imaginar , tampoco).

Si Dios predestina a la gente para un propósito específico desde toda la eternidad, desde antes de que se ha nacido, como dice de David, y como dice de Jeremías implica fuertemente, entonces que no hay dificultad inherente en santificar una persona muy importante en la historia de la salvación como es María, que tiene un papel central en la Encarnación,

Y si Dios puede llamar a Jeremías y Juan el Bautista desde la matriz y (posiblemente) desde la concepción, ¿por qué no podría hacerlo con María, siendo clave en la Encarnación? El caso no es menos plausible que los otros, y así lo creemos, por analogía.

Según la Iglesia Católica, Dios restauró a María, la inocencia de Eva antes de la Caída, y la llenó de gracia, a fin de prepararla para su tarea indeciblemente sublime, consagrado como la Madre de Dios Hijo. ¿Por qué no habría de hacerlo?

4.-FUNDAMENTO BIBLICO DE QUE MARIA FUE PREDESTINADA:

Si antes hemos demostrado como por analogía podíamos concluir que María tuvo que ser predestinada por Dios para ser Inmaculada, ahora veremos como podemos encontrar bases bíblicas que nos lleven a pensar que verdaderamente fue predestinada y no solo basándonos en analogías y ejemplos de otros personajes bíblicos.

Es preciso recordar que condiciones cumplían todos los predestinados, condiciones que Pablo nos las detalla muy bien en la carta a los Romanos:

«Pues a los que de antemano conoció, también los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que fuera él el primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó a esos también los llamó; y a los que llamó, a esos también los justificó; a los que justificó, a esos también los glorificó» (Rom. 8, 29-30).

Por tanto Pablo nos dice que una persona predestinada:

a)    Es llamada.

Vemos como Jeremías fue llamado por Dios (Jer 1:5). El ángel anunció que Dios quería que Juan fuera el que prepara el camino del Señor y estaría el ES con él Lucas 1:15. San Pablo también fue llamado por Dios durante su conversión para hacerse apóstol.

Pues bien esta condición también la cumplió María:

«Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María». (Lc 1:26-27)

Dios mando un ángel para dar a María un mensaje, eso es porque Dios quería hablar con María, Dios la llamó de esta forma para el ministerio que iba a desarrollar, ser la Madre del Salvador del Mundo.

b) Son Justificados:

“Para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna». (Tito 3:7)

Mientras que los apóstoles son justificados por la gracia de Cristo con su sacrifico, María fue justificada desde su concepción al ser plenamente colmada de gracia divina:

«Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» (Lc 1:28)

c) Son glorificados o santificados:

“El motivo de nuestro orgullo es el testimonio de nuestra conciencia, de que nos hemos conducido en el mundo, y sobre todo respecto de vosotros, con la santidad y la sinceridad que vienen de Dios, y no con la sabiduría carnal, sino con la gracia de Dios”. (2Cor 1:12)

“Que nos ha salvado y nos ha llamado con una vocación santa, no por nuestras obras, sino por su propia determinación y por su gracia que nos dio desde toda la eternidad en Cristo Jesús” (2Tim 1:9)

Vemos entonces como la gracia te ayuda a ser Santo, ser glorificado, es pues que la gracia es la causa de la justificación y la santidad. Pues bien María estaba llena de gracia como ya dijimos, y como repitió el ángel:

“El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios” (Lc 1:30)

Por tanto María cumple las condiciones que pone San Pablo que tienen que cumplir aquellos que han sido predestinados, podemos concluir entonces que María fue predestinada para ser Inmaculada.

Una vez hemos demostrado María cumple las condiciones para ser Predestinada, cabe hacernos una cuestión: ¿Cuándo fue predestinada, donde nos lo detalla la Escritura?

Realmente, es una pregunta muy interesante, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que Maria fue predestinada doblemente, primero para ser la Madre del Señor y segundo para ser Inmaculada, ser Enemiga del pecado.

“Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley” (Gal 4:4)

Por tanto aquí claramente se ve el plan de Dios, que su hijo naciera de una mujer. Esta mujer iba a ser la Santísima Virgen María. Ahora bien tenemos en el AT varias profecías marianas que nos pueden ayudar a entender mejor cuando fue predestinada María:

«Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar.» (Gen 3, 15)

«Saldrá un vástago del tronco de Jesé, y un retoño de sus raíces brotará«. (Is 11, 1)

«El Señor mismo os dará por eso la señal: He aquí que la virgen grávida da a luz, y le llama Emmanuel«. (Is 7, 14)

Las profecías hablan de una «mujer», de una «doncella», que siendo descendiente de Jesé, dará a luz al Redentor, al Mesías.

Eso prueba que María ya estaba profetizada en el Antiguo Testamento.

Como vemos en Génesis 3:15 Dios ya tenía en mente la Encarnación y el Nacimiento de su Hijo para Salvar al mundo, por eso aquí se cumple nuevamente lo que San Pablo nos enseña:

“Por cuanto nos ha elegido en él antes de la fundación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor«(Ef 1, 4)

Desde antes de la fundación del mundo, fue elegída María para ser Santa e Inmaculada, pues iba a ser Madre de Dios, y por tanto el amor de Dios debía predestinarla a ser Enemiga del Pecado. Efesios 1:4 y Génesis 3:15 encajan muy bien, y nos hacen ver que esta predestinación de María, la mujer, enemiga de la Serpiente se produjo antes de la fundación del Mundo.

Identifiquemos ahora los personajes en Génesis 3:15

-Tu linaje – los pecadores

-Su linaje – El Mesías, Cristo.

-La mujer – María.

-Enemistad:

-Negación de cualquier relación amistosa con el diablo,

-Inmunidad perfecta de la esclavitud del diablo, (ESCLAVA SOLO DE DIOS)

-Inmunidad perfecta de todo pecado.

-Liberación del reino del diablo y de su enemistad que tiende a procurarnos el mal.

De aquí se deduce la enemistad común de la mujer (María) y de su descendencia (Cristo) y por tanto el triunfo consumado y común de una y otro.

Según lo anterior, la enemistad y el triunfo de Cristo y María contra el diablo, es común.

Pero la enemistad de Cristo contra el diablo es absoluta y perpetua y el triunfo totalmente perfecto. Por consiguiente, la enemistad de María contra él es también absoluta y perpetua y el triunfo perfecto.

Pero tal enemistad y triunfo de María contra el diablo no hubiesen podido ser tales si María hubiese sido manchada con el pecado original, por consiguiente María nunca tuvo pecado original, es decir, fue preservada de él.

Quizás alguno ponga la objeción de que esa Mujer no es María. Realmente esta objeción tiene poco peso, el verbo hebreo usado para expresar enemistad es: ‘êbahque en la Sagrada Escritura, se aplica siempre a una enemistad entre seres racionales y no entre seres irracionales. Por tanto la enemistad era entre dos personas, seres con razón, la Mujer, y Satanás, ambos son seres racionales, es decir personas.

Por tanto María fue Predestinada a ser la Madre de Dios, esta Predestinación implicaba que debía estar sin pecado alguno y ser enemiga de Satanás, es por eso que desde antes de la Creación Dios así lo estableció, para hacerla Santa e Inmaculada. Por este motivo la Iglesia en su inmensa sabiduría asigna estos hermosos versos a la Santísima Madre de Dios:

«Yahvéh me creó, primicia de su camino, antes que sus obras más antiguas. Desde la eternidad fui moldeada, desde el principio antes que la tierra. Cuando no existían los abismos fui engendrada, cuando no había fuentes cargadas de agua. Antes que los montes fuesen asentados, antes que la colinas, fui engendrada. No había hecho aún la tierra ni los campos, ni el polvo primordial del orbe. Cuando asentó los cielos allí estaba yo, cuando trazó un círculo sobre la faz del abismo, cuando arriba condensó las nubes, cuando afianzó las fuentes del abismo, cuando al mar dio su precepto para que las aguas no rebasaran su orilla, cuando asentó los cimientos de la tierra, yo estaba allí, como arquitecto» (Prov. 8, 22-30).

5.-CONCLUSIÓN:

Hemos probado como Jeremías, Isaías, Juan el Bautista, San Pablo fueron elegidos por Dios para un propósito concreto. Hemos probado como incluso Jeremías fue Santificado por Dios desde el seno materno. Estas pruebas bíblicas nos han servido de analogía para acercarnos y entender mejor la Inmaculada Concepción, con estas se ha probado existen casos “muy parecidos” al de María en la Escritura, como tal no es descabellado concluir que esto sucediera con María viendo su posición privilegiada en las Escrituras. Pero además hemos visto como la Biblia nos ayuda a entender con Génesis 3:15 y Efesios 1:4 que María si fue predestinada por Dios antes de la Creación del Mundo. Estaba pues en los planes de Dios, y así se lo reveló a Adán y Eva en la primera profecía Mesiánica y Mariológica. Por tanto creo que existen argumentos de sobra para creer que el dogma de la Inmaculada Concepción mana de un estudio profundo de las Escrituras.

¡Dios les Bendiga!

FUENTE:

Manual de Teologia Dogmatica. Ludwing Ott

Fundamentos Biblicos de la Doctrina Católica.Enrique Pardo Fuster.

www.apologetica.org

http://socrates58.blogspot.com/
BIBLIA JERUSALEM

REINA VALERA 1960

COMENTARIOS BIBLICOS DE ALBERTO COLUNGA.

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